Casi mil niños niñas murieron o resultaron heridos desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, que esta semana cumple seis meses, dijo este el organismo de la ONU para la infancia (Unicef), que advirtió que la cifra real «es mucho mayor» y que la guerra pone a los más chicos en «riesgo extremo».
Unicef aseguró que desde el inicio de la invasión a Ucrania, el 24 de febrero, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos registró 972 víctimas infantiles, de las cuales 362 murieron y 610 resultaron heridas, lo que supone un promedio de cinco víctimas por día.
«Y estas son solo las cifras que la ONU ha podido verificar. Creemos que el número real es mucho mayor», advirtió la directora de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Catherine Russell, en un comunicado.
La mayoría de las bajas infantiles se debe al uso de armas explosivas que «no discriminan entre civiles y combatientes, especialmente cuando se usan en áreas pobladas como ha sido el caso en Ucrania», precisó Russell.
La ONU estima que la guerra en Ucrania ha dejado a 3,1 millones de niños como refugiados, mientras que otros 3 millones huyeron de sus hogares pero permanecen dentro de Ucrania, como desplazados internos.
«Una vez más, como en todas las guerras, las decisiones imprudentes de los adultos están poniendo a los niños en un riesgo extremo», lamentó Russell, que pidió tener en cuenta no solo «el horror de los niños asesinados o heridos físicamente en los ataques», sino también otro tipo de efectos.
«Casi todos los niños en Ucrania han estado expuestos a eventos profundamente angustiosos, y aquellos que huyen de la violencia corren un riesgo significativo de separación familiar, violencia, abuso, explotación sexual y trata», agregó la representante de Unicef.
La directora de Save the Children en Ucrania, Sonia Khush, coincidió en que «aunque los niños de Ucrania no tienen nada que ver con las causas de la guerra, son los más afectados por ella».
«Están creciendo con el sonido de las bombas y los bombardeos, y con la imagen de sus casas destruidas, sus escuelas dañadas y sus amigos y familiares muertos o heridos», agregó, informó la agencia de noticias DPA.
La próxima semana comienzan las clases en Ucrania, un momento clave que pondrá de manifiesto hasta qué punto el sistema educativo fue «devastado», en palabras de Russell. Unicef calcula que una décima parte de los centros educativos ucranianos sufrieron daños por la guerra.
Tanto el organismo de la ONU como Save the Children coinciden en la necesidad de un alto el fuego. «Los niños de Ucrania necesitan urgentemente seguridad, estabilidad, acceso a un aprendizaje seguro, servicios de protección infantil y apoyo psicosocial», enfatizó Russell.
Por su parte, Khush apuntó que «los niños y niñas necesitan algo más que ayuda humanitaria», necesitan esperanza: «Esperanza de que esta guerra termine; esperanza de que puedan volver a casa; y esperanza de un futuro».