La campaña electoral estadounidense se mostró definitivamente como una pelea en el barro en el único debate entre los dos candidatos. Y ahora, en la recta final, Donald Trump y Joe Biden se dan como en esos combates callejeros donde todo vale. Trump, en esas lides, corre con ventaja. Biden, más remilgado, la juega mejor en los escritorios. Disputas no menos violentas pero, eso sí, más elegantes.
Esta semana, el presidente se mostró indignado por la decisión de Facebook y Twitter de bloquear un artículo del New York Post en el que revelaba mails que probarían los negociados del hijo del candidato demócrata, Hunter Biden, con una empresa energética de Ucrania. El caso fue la excusa para el impeachment contra el mandatario el año pasado. Ahora, en una nota de tapa titulada “Una pistola humeante, un correo electrónico revela cómo Hunter Biden presentó a su padre vicepresidente con el hombre de negocios ucraniano”, el diario conservador perteneciente al australiano Rupert Murdoch publicó correos que –jura– “fueron encontrados en una computadora que se llevó a reparar a un especialista del estado natal de Biden, Delaware, en abril de 2019”. Entre el material se destaca que Hunter presentó a su padre a un alto ejecutivo de la empresa Burisma mucho antes de que el entonces vicepresidente presionara para que despidieran al fiscal que investigaba el contrato por el que Biden Jr cobraba 50 mil dólares al mes. En julio de 2019 una filtración mostró que Trump había presionado, a su vez, para que el presidente Volodomir Zelenski le diera todo su apoyo a la investigación judicial.
Con ese dato los demócratas –con gesto de indignación– intentaron voltear al presidente con un juicio político que pasó la Cámara Baja pero se estrelló con la mayoría republicana en el Senado.
Para FB y TW, hay dudas sobre la veracidad de la noticia del NYP y por lo tanto impidieron su circulación en esas redes sociales. Lo que obviamente exacerbó al medio, pro Trump, que denuncia censura. Pero le vino como anillo al dedo al mandatario para victimizarse.
Mientras tanto, más de 21 millones de ciudadanos ya votaron por correo en forma anticipada para las presidenciales del 3 de noviembre. Para las autoridades, es el 15,7% de los votos emitidos en 2016.
Trump cuestiona el sistema de correo, argumentando que el voto postal se presta a fraude. Su estrategia es clara: si no gana de manera clara va a chapotear en el barro para demorar la nominación. Hay quienes sostienen que si la cosa viene reñida puede recurrir a la 12ª Enmienda de la Constitución, que estipula que si los electores de un estado no se ponen de acuerdo, la decisión sobre los representantes al colegio electoral la debe tomar el Congreso. Cada estado tiene un voto y allí los republicanos corren con ventaja.