Poco tiempo antes de cumplir 34 años, Iván Espinel fue el candidato presidencial más joven de la historia de Ecuador. Hoy, este político que formó su propio espacio Fuerza Compromiso Social luego de tener un cargo provincial durante la presidencia de Rafael Correa, es también el ministro más joven del Gabinete de Lenín Moreno. Encabeza el Ministerio de Inclusión Económica y Social, en el marco de un acuerdo programático tras su apoyo al sucesor de Correa en la segunda vuelta de marzo. Visitó la Argentina para participar del V Seminario Internacional de Inversión Social de Unicef.
Originalmente iba a ocupar el área de juventud, ¿cómo se resolvió su llegada a Inclusión?
Ya habíamos estado en la seguridad social antes, como director regional, sin embargo cuando decidimos el apoyo al presidente Lenín Moreno en segunda vuelta, le damos nuestros proyectos donde se establece la creación de la Secretaría de la Juventud, entre otras propuestas, como la ley bisturí para erradicar el cáncer de la corrupción. Después se crea la secretaría y nos la ofrecen, pero manifestamos que ese proyecto era para que nuevos actores puedan liderar ese proceso. Después de varias conversaciones nos ofrecen el ministerio y aceptamos. Esto no tiene nada que ver con la posición de nuestro movimiento en el apoyo al presidente Moreno, estamos apoyando la gestión pero sabemos que esto es momentáneo.
¿Qué significa eso?
Que apostamos a un proyecto de país, nosotros tenemos un movimiento político con un proyecto que se apega mucho a la línea que está impulsando Moreno, pero que nuestra intención primaria es establecer las bases, una línea pragmática de lo que pensamos que es el bienestar para Ecuador. En este momento histórico estamos colaborando con el gobierno, pero el día de mañana puede ser que no estemos colaborando directamente.
¿Cuál es el abordaje principal de su gestión?
El presidente Moreno estableció su programa de gobierno sobre el eje del plan Toda una Vida, que atiende desde el nacimiento, pasando por el desarrollo infantil, de la juventud, la inserción laboral, hasta los adultos mayores que no tienen una seguridad social pública y pueden acceder a una pensión. El plan recae en un 80% en el Ministerio de Inclusión Económica y Social. Nuestros beneficiarios son 1.026.000 personas, que están en extrema vulnerabilidad o pobreza.
Tengo entendido que cerca del 30% del PBI lo generan empresas cooperativas.
Es así, la economía popular y solidaria ocupa un espacio tremendamente importante dentro de la economía, y por eso es el impulso que le da el presidente incluso en el Consejo Consultivo Productivo y Tributario. Es un espacio muy importante para tener acceso a la inversión, acompañamiento y la oportunidad de vender sus productos.
¿Qué aspectos alcanzan a su cartera dentro del programa económico que anunció esta semana el presidente?
El programa económico va más bien a una consolidación con el sector privado. Si bien estamos en un proceso de austeridad, constitucionalmente los rubros de salud, educación y bienestar social son intocables. Incluso, hemos aumentado nuestra capacidad de gasto con los programas y pensiones del plan Toda una Vida.
¿Cómo llega su acercamiento al gobierno después de haber sido crítico de algunas políticas anteriores?
Pasa que muchos actores políticos ven la política de una manera muy sesgada. El hecho de que uno contribuya con aportes y critique constructivamente lo inadecuado parece ser una aberración. Nosotros siempre hemos dicho lo que beneficia a la gente, más allá del pensamiento ideológico. Hemos dicho que las prebendas petroleras fueron una grave lesión a la economía del país, al igual que ciertas medidas de sobreendeudamiento para pagar gasto corriente. Pero también fuimos los únicos que aplaudimos el aumento de inversión social que iba desde el 4,9% en 2007 hasta el 9,4% en 2015, uno de los mayores incrementos sobre el PBI de Latinoamérica. Al presidente Moreno le hemos sido muy claros, que apoyamos pero que si el día de mañana necesitamos hacerle una crítica constructiva lo haremos. La prueba está en que fui el único que pidió que el vicepresidente (Jorge Glas, acusado de recibir coimas) dé un paso al costado, por la institucionalidad.
El expresidente Correa dice que es una causa armada.
La mayoría de los ciudadanos celebra que se pueda comenzar una instrucción a un vicepresidente de la República y establecer su vinculación a un posible hecho, significa que la Justicia está actuando adecuadamente, que no hay presiones de poder. Nosotros velamos por que el proceso se cumpla adecuadamente. Se han dado claras muestras de independencia de poderes y eso es saludable.
¿Cómo se vive dentro del gobierno esta disputa entre el presidente y el expresidente, quien considera que hay un cambio de rumbo?
El presidente Moreno es un caballero, ha demostrado una visión frente a los grandes problemas del Ecuador. El expresidente Rafael Correa tiene sus opiniones, nosotros creemos que ha hecho mucho por Ecuador en estos diez años, ha consolidado una base importante, y estas pugnas ocasionales no contribuyen a las grandes necesidades del país y eso lo ha planteado dentro del Gabinete el presidente Moreno con mucho respeto hacia el expresidente. Creo que del otro lado se ha sobrepasado un poco el nivel de discusión. Ellos tienen un movimiento político y podrían discutirlo en la interna, no es una situación que contribuya al bienestar de los ciudadanos ecuatorianos. «