Palestina e Israel defendieron hoy la solución de los dos Estados ante la Asamblea General de la ONU aunque se diferenciaron en la manera de alcanzar ese acuerdo que, para Ramallah llegaría con el fin de la construcción de colonias judías en los territorios ocupados, mientras que para Tel Aviv con el reconocimiento de un Estado judío.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pronunciaron encendidos discursos ante la Asamblea, en Nueva York, donde se lanzaron reproches y criticas que dan cuenta de lo lejos que están de acercar posiciones para poner fin a la violencia en Medio Oriente.
«Me siento obligado a alertarlos de nuevo de que lo que está haciendo el gobierno israelí con su política de asentamientos expansionista destruirá cualquier posibilidad y esperanza que puedan quedar para una solución de dos Estados con base en las fronteras de 1967», dijo a los líderes mundiales el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
En ese sentido, recordó el «gran sacrificio» que realizó la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), cuando aceptó que el Estado de Palestina se estableciera «dentro de las fronteras del 4 de junio de 1967,con Jerusalén este como su capital», y exigió a Israel que cumpla su parte de los acuerdos de Oslo de 1993.
En particular, exigió que ponga fin a la colonización con asentamientos, y a lo que definió como «agresiones contra nuestras ciudades, aldeas y campamentos de refugiados», a los castigos colectivos, la demolición de hogares palestinos y las ejecuciones extrajudiciales, entre otras prácticas que impiden llegar a «un ambiente en el cual se pueda realizar la paz en nuestra región».
«Nunca aceptaremos la continuidad de la actual situación», reiteró varias veces. «Le digo al presidente Abbas que tiene una elección: puede seguir agitando el odio como hoy o hacerle frente y trabajar conmigo para la paz», señaló Netanyahu, quien subió al estrado justo al término del discurso de Abbas. El premier consideró que los asentamientos no son la causa del conflicto: «Este conflicto siempre ha sido sobre la existencia de un Estado judío, sean cuales sean sus fronteras», opinó Netanyahu, quien acusó a los palestinos de estar tras «los asentamientos» de Tel Aviv, Yafa y Haifa, en referencia a las ciudades israelíes.
Sobre la solución de dos Estados, Netanyahu reiteró su compromiso aunque aclaró que no va a aceptar que los términos «se dicten desde la ONU». «El camino a la paz pasa por Jerusalén y Ramallah, no por Nueva York», subrayó el premier en referencia a las futuras capitales de los dos Estados, pese a que Jerusalén no es reconocida por la comunidad internacional como la capital israelí sino que su soberanía es una de las principales disputas.
A pesar de las diferencias irreconciliables entre los dos mandatarios, ambos coincidieron en acentuar sus críticas a la actuación del organismo internacional para resolver la disputa.
«La ONU comenzó como una fuerza moral y se ha convertido en una farsa moral», sentenció Netanyahu y ejemplificó con que el año pasado la Asamblea General aprobó 20 resoluciones en contra de Israel y apenas 3 contra todos los demás miembros del organismo.
Sin embargo, se mostró confiado en que en algunos años volverá a «aplaudir» a la ONU porque las actitudes del mundo hacia Israel están empezando a cambiar y cada vez más gobiernos reconocen a Israel como un «socio potente», incluso dentro del mundo árabe.
Por su parte Abbas, criticó la ineficacia de la ONU que adoptó «doce resoluciones condenatorias de los asentamientos israelíes» sin hacerlas cumplir, lo que «alentó a Israel a seguir con sus planes» de toma de tierras hasta «la formación de grupos terroristas que hacen arder y matan familias enteras».
«Estamos contra el terrorismo», afirmó, y reiteró «una vez más» que «en nuestra región no hay manera de derrotar el terrorismo o el extremismo y alcanzar la seguridad y la estabilidad si no es poniéndole fin a la ocupación de Palestina y asegurando la libertad e independencia del pueblo palestino».
Finalmente, apeló a que la Asamblea General declare «2017 como el año internacional del fin de la ocupación israelí de nuestra tierra y nuestro país», y requirió también que el status y atribuciones de Palestina en las Naciones Unidas fuera ampliado y fortalecido.
Por último, Abbas declaró su intención de impulsar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas una resolución que condene los asentamientos israelíes, algo que ya ha intentado aunque el intento es frenado por el veto de Estados Unidos, el gran socio de Israel.
El aumento en los últimos meses de las críticas internacionales, incluidas reiteradas condenas estadounidenses, da esperanzas a Palestina, que hoy confió en que nadie vete la iniciativa.
Pese a que la sociedad entre Estados Unidos e Israel ha tenido algunos altibajos en los últimos años, sobre todo por la cuestión de los asentamientos, Netanyahu destacó la profunda alianza que mantiene con Washington y reiteró que la principal amenaza para Israel y para el mundo sigue siendo Irán.