Israel atacó un campo de refugiados en Jabalia, el mayor de los ocho centros de albergue históricos de Gaza, y dejó un saldo de al menos 30 muertos y 50 heridos. La agencia palestina WAFA afirma que entre las víctimas hay al menos 20 mujeres y niños y unos 50 heridos. El objetivo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) era impedir que los milicianos de Hamás se reagrupen, se dijo. Luego de la muerte del comandante de las milicias de resistencia islámica, Yahya Sinwar, el gobierno de Benjamin Netanyahu quiere machacar en caliente y por un lado invita a negociaciones de paz y a que los combatientes depongan las armas y además, a que entreguen a los rehenes que aún tienen en sus manos. Hamás, sin embargo, ya avisó que no va a devolver a ninguno a menos que Israel entregue a los prisioneros palestinos que están en sus cárceles.
Sinwar, de 62 años, cayó el miércoles en un operativo en Rafah, en el sur de la Franja. Las primeras informaciones indicaban una gran tarea de inteligencia previa. Sin embargo el comandante de Hamás se estaba trasladando con un grupo cuando tropas de las FDI los interceptaron y murió repeliendo el ataque. Recién al otro día las autoridades israelíes confirmaron de quién se trataba. Fue, sin embargo, un golpe fuerte contra la estructura de la organización, por más que siempre hay un plan de contingencia ante situaciones previsibles como esta.
Las FDI, por otro lado, continuaban con su ofensiva sobre el Líbano en busca de destruir las bases de Hezbolláh, pero con la misma estrategia que en Gaza. Es decir, ataques aéreos indiscriminados, como los que ya causaron 2418 muertos, 11326 heridos y unos 780.000 desplazados en ese país del norte de Israel. El Ejército israelí, en tanto, afirmó que el grupo chiíta lanzó al menos 75 proyectiles en su contra en las últimas 24 horas. Los más destacado es que un dron manejado desde el Líbano impactó este sábado cerca de la localidad de Cesarea, entre Tel Aviv y Haifa, donde tiene su residencia Netanyahu. La oficina del primer ministro confirmó que ni él ni sus familiares estaban allí.
«Un dron fue lanzado hacia la residencia del primer ministro en Cesarea. El primer ministro y su esposa no estaban allí, y tampoco hubo víctimas como resultado del incidente», dice el informe.
Hezbollah, junto con el movimiento Hamás en la Franja de Gaza, las fuerzas hutíes del movimiento Ansar Alá en Yemen y las milicias proiraníes de Irak y Siria, forma parte del llamado ‘eje de resistencia’ contra Israel en Medio Oriente y lleva un año lanzando cohetes a las zonas del norte de ese país en solidaridad con la causa palestina.
La incursión terrestre sigue a dos oleadas de detonaciones de dispositivos de control remoto a lo largo del Líbano y una campaña de bombardeos aéreos para descabezar a Hizbollah, cuyo dirigente histórico, Hasán Nasralá, murió en un ataque con bombas antibúnkeres sobre un edificio residencial de Beirut. La capital libanesa no sufría bombardeos israelíes desde la guerra de 2006.
En lo que va de este mes, la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el Líbano (FINUL) denunció varios ataques del Ejército israelí contra sus posiciones, con cinco cascos azules heridos hasta la fecha. Israel sostiene que Hizbula utiliza a efectivos de la Finul como escudos humanos e instó a retirar esta fuerza de paz desde el sur del Líbano.
alg con Europa Press y Sputnik