Rene Descartes con su Discurso de método de 1637 ha ejercido influencia colosal en el desarrollo del mundo moderno y contemporáneo. Sus ideas fueron fundamentales para el desarrollo de la ilustración, cuyos postulados, como la libertad, la razón, la igualdad y la fraternidad, fueron las chispas que encendieron la Revolución Francesa. Y ésta fue inspiradora de las independencias en Latinoamérica y modernizadora del pensamiento ibérico cuyo avance fue temporalmente truncado por las dictaduras de Francisco Franco y Oliveira Salazar, en la historia de España y Portugal en el siglo XX.
Como suele ocurrir con los grandes pensadores, Descartes no podía siquiera imaginar que 385 y 386 años después la Escolástica que destruyó filosóficamente volvería a aparecer y tendría que ser derrotada políticamente en geografías diversas y distantes.
En Brasil, el Bolsonarismo, en España, la alianza del Partido Popular y el franquista Vox, en Guatemala, la siniestra trama del Pacto de Corruptos, en Ecuador, el autoritario correato, en Argentina, el macrismo cuyos hijos Javier Miley y Patricia Bullrich van en alianza después de sus derrotas en primera vuelta.
Bolsonaro era un admirador desvergonzado de las dictaduras que asolaron su país y a su pueblo. Se declaró negacionista del cambio climático, ultraliberal en lo económico y autoritario en lo político. Usó a un juez corrupto a quien luego designó ministro de su gobierno para fabricarle una causa a Ignacio Lula da Silva y encarcelarlo por más de 500 días. En su borrachera autoritaria quiso dar un golpe de estado contra el recién electo presidente Lula, por lo cual ahora está judicialmente perseguido junto con sus hijos que en actitud matonil y fascista, en la sede de Naciones Unidas, hace cuatro años, con metralletas de juguete disparaban contra el líder obrero de Sao Paulo tres veces presidente electo democráticamente.
En España la alianza de la derecha nucleada en el Partido Popular y el franquista/fascista Vox no pudo alcanzar el poder después de las elecciones parlamentarias de Julio del 2023. La escolástica visión de la España del siglo XXI les imposibilita entender que las sensibilidades nacionalistas e independentistas no son inventos de un social demócrata trasnochado sino realidades históricas de siglos que pueden tener cauces democráticos y pacíficos, como los han tenido en el Quebec canadiense francoparlante y con amplios derechos autonómicos, en lo institucional y cultural.
En Guatemala, el Pacto de Corruptos, trama siniestra de empresarios, políticos, militares , narcotraficantes, que controla el poder real hace siete décadas, ahora acaudillado por el presidente Alejandro Giamatei, intenta diariamente impedir la normal toma de posesión del presidente electo Bernardo Arévalo, el próximo 14 de Enero. Utiliza al Ministerio Público dirigido por Consuelo Porras y Rafael Curruchiche para inventar triquiñuelas pseudo legales que impidan el acceso pacífico de Arévalo e ilegalicen su partido Semilla para que sus parlamentarios no puedan tener un bloque legislativo acorde con las leyes y normas existentes en el país.
En Ecuador, el correato, una formación política que no ha podido ganar las elecciones después de los fracasados gobierno de Lenin Moreno y Guillermo Lasso, está en un proceso de implosión. Surgen múltiples fracciones internas originadas en la defensa de intereses políticos y enfrentamientos por oscuras disputas donde negociados y temas pasionales, que involucran a sus líderes, han convertido a la Revolución Ciudadana de movimiento político en centro editor de baratos guiones de telenovelas de intrigas pasionales y denuncias de peleas por reparto de dinero público mal habido.
En Argentina, como en España Vox arrastro al Partido Popular, Juntos por el Cembio fue arrastrado por Mauricio Macri a apoyar a un pintoresco personaje Javier Milei y reventó con esa decisión a Juntos por el Cambio, provocando su ruptura.
Formalmente la Unión Cívica Radical proclamó su rechazo al trinomio Macri-Miley- Bulrich y así lo han hecho también referentes del PRO como el Alcalde Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta.
Mauricio Macri es el gran impostor, preocupado únicamente por sus personales intereses empresariales y judiciales. Ahora, Milei, teniendo como su asesor principal a Macri, pretende dejar en el sótano de los trastes viejos sus delirantes propuestas de desaparecer el Banco Central, dolarizar la Argentina, abandonar los reclamos argentinos sobre las Malvinas, privatizar el mar y otras sandeces sin sentido ni fundamento.
También pretende con ridículas imágenes dejar en el olvido sus dichos sobre Patricia Bullrich, a la que calificó de “guerrillera montonera tira bombas”, engavetar la motosierra con la que iba a destruir el Estado y a la casta política a la que pertenecen Macri y Bulrich, su asesor y aliada, respectivamente, hacer que la iglesia y los católicos argentinos olviden que ofreció romper con el Vaticano mientras Francisco argentino siga siendo Papa.
Este fantoche llamado Javier Milei piensa que el pueblo argentino carece de inteligencia, memoria, educación y cultura. Su respuesta al rechazo de los radicales argentinos fue golpear a puñetazos un cuadro de Raúl Alfonsín, el más unánimemente respetado de los presidentes argentinos en estos cuarenta años de democracia.
Sergio Massa planteó que por sanidad democrática debería agregarse como requisito para postularse a la presidencia un examen psiquiátrico para quienes sean candidatos. Seguramente Argentina saldría salvada de Javier Milei. Y en el Ecuador el bucaramato y el correato no habrían existido
La nueva escolástica del siglo XXI , donde la fe es más importante que la razón, sufre derrotas importantes en Iberoamérica Y ello nos hace volver a sentir profunda admiración y respeto por el pensador francés que hace casi 390 años nos entregó unas ideas que son una luz frente al oscurantismo siempre amenazante.
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