La Unión Europea investiga el controvertido nombramiento del expresidente de la Comisión, el portugués José Manuel Barroso, en Goldman Sachs, anunció su sucesor Jean-Claude Juncker, en una carta remitida a la defensora del pueblo europeo que le pidió aclaraciones sobre el nombramiento.
«Solicité (…) que la Secretaría General [de la Comisión] le envíe una carta [a Barroso] pidiéndole aclaraciones sobre sus nuevas responsabilidades y el pliego de condiciones de su contrato», escribió en la misiva Juncker, quien pedirá posteriormente la opinión de un comité de ética.
La defensora del pueblo europeo, Emily O’Reilly, cuyo organismo hizo pública la carta de Juncker, celebró en un comunicado que el presidente del ejecutivo europeo responda a las «extendidas preocupaciones» y urgió al comité de ética a pronunciarse «lo antes posible».
El grupo estadounidense de banca de inversión Goldman Sachs anunció en julio la incorporación del expresidente de la Comisión (2004-2014) como presidente no ejecutivo y consejero, una designación que generó una polémica en el Viejo Continente y que el jefe de Estado francés, François Hollande, consideró «moralmente inaceptable».
El código de conducta de la UE prevé que los comisarios tengan que pedir una autorización a la Comisión para trabajar en un grupo privado durante los 18 meses posteriores al fin de sus funciones.
Aunque el nombramiento de Barroso tuvo lugar pasado este período, O’Reilly había estimado recientemente que «no [era] suficiente decir que no se violó ninguna regla», urgiendo a Juncker a aclarar si el nombramiento era «conforme a las obligaciones éticas».
«El análisis de la Comisión sobre el completo respeto de los principios de discreción e integridad (…) no tiene un límite de tiempo y se realiza en todos los casos», subraya en su carta Juncker, precisando que, a partir de ahora, Barroso no será recibido como un expresidente, sino como un lobista.