La inflación en los países de la eurozona se ubicó en mayo en un promedio de 8,1 por ciento, frente al 7,4 por ciento de abril, impulsado esencialmente por los precios de la energía y los alimentos como consecuencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, entre otras cuestiones.
«La inflación en la eurozona aumentó aún más», dijo Jonas Keck, economista del grupo de investigación del Reino Unido, el Centro de Investigación Económica y Empresarial, según un cable de la agencia AFP.
«A medida que la UE avanza en un acuerdo sobre nuevas sanciones dirigidas a los suministros de petróleo rusos, los precios de la energía podrían dispararse aún más rápido en los próximos meses», advirtió el especialista.
Ante este contexto, los mercados bursátiles se vieron sacudidos este año debido a que el conflicto de Ucrania impulsó aumentos masivos en los precios de la energía y los alimentos, lo que se traduce en un incrmento de la inflación que amenaza con descarrilar la recuperación económica posterior a la pandemia.
La inflación de la eurozona intensificó los pedidos de aumentos en las tasas de interés del Banco Central Europeo (BCE), que ya anticipó la posibilidad de incrementar la tasa que regula el costo del dinero en julio.
«En los últimos meses, el BCE se ha enfrentado a una presión creciente para alejarse de su posición de estímulo pandémico, lo que lo ha llevado a mantener sus principales tasas de política en sus mínimos históricos actuales», recordó Keck.
«Esto contrasta con otros bancos centrales importantes, como la Reserva Federal de EE UU y el Banco de Inglaterra, que han visto al menos dos aumentos de tasas este año», acotó el especialista.