Las consecuencias económicas de la crisis sanitaria en Inglaterra no difieren del resto de los países europeos. Mientras decrece ela cifra de fallecidos por día por el coronavirus -aunque el número de 204 en las últimas horas sigue asustando, el 280 mil es total de casos y más de 40 mil, las víctimas fatales- los anuncios económicos tienen la misma o mayor dureza que la de sus vecinos: desempleo masivo, quiebras en serie y empobrecimiento de los más vulnerables.
Y así como en Argentina se está esperando que el parlamento encare la discusión por un proyecto que fue presentado y que se chocó con una feroz resistencia, en el Reino Unido también están pensado en un impuesto a los ricos, que incluso caería con más fuerza sobre los que más tienen. Los activos de las mil mayores fortunas del país se redujeron en 54.000 millones de libras (US$68.000 millones) en solo dos meses por el impacto de la pandemia, pero la contracara es que se mantienen en 743.000 millones de libras. Hay 147 multimillonarios, en una lista encabezada por el inventor James Dyson, con una fortuna estimada en 16.200 millones de libras. También está el caso denunciado por Greenpeace: Richard Branson, fundador de Virgin, no habría pagado impuestos durante 14 años y exige ahora al Gobierno que salve a su aerolínea Virgin Atlantic.
Y si bien, como siempre, al Gobierno le va a costar implicar a los superricos en el esfuerzo nacional, una encuesta publicada hace pocos días, mostró que el 61% de los británicos está a favor de un impuesto sobre el patrimonio para las fortunas de más de 750.000 libras.