Un equipo técnico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía al mundo apenas en septiembre pasa-do, que las naciones debían prepararse para el surgimiento de una pandemia “provocada por un patógeno respi-ratorio de consecuencias nefastas” que podría matar “de 50 a 80 millones de personas y liquidar casi el 5% de la economía mundial”. Para quienes conformaron la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación (en inglés GPMB), un equipo de 15 especialistas de distintos países liderados por la exdirectora general de la OMS y expri-mera ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland, para la fecha de publicación del informe se advertía sobre “la amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente mortífera, provocada por un patógeno respiratorio”. El documento al que accedió Tiempo llevó seis meses de elaboración y asegura que “el mundo no está preparado” para una crisis sanitaria de esta escala, lo cual sería “una catástrofe y desencadenaría caos, inestabilidad e inse-guridad generalizadas” y que el mundo debería prepararse “para lo peor”.
Se presenta en el texto una lista de siete acciones a seguir. Algunas se cumplieron a medias o en forma aislada por algunos Estados. Otras no. El coronavirus tomó por sorpresa a muchos y está causando estragos en aque-llos países donde se reaccionó tarde. Tampoco hubo una coordinación, algo que el informe señala como central, ni en la preparación ni en el abordaje.
La médica chilena Jeanette Vega, jefa de Innovación y Tecnología Médica de la Red de Salud UCChristus e in-tegrante del equipo de especialistas, afirmó que tras la publicación “los líderes mundiales pensaban que la proba-bilidad de ocurrencia de la pandemia era remota, sin embargo la experiencia mostró que lo que estábamos dicien-do podía ocurrir”. Y aunque reconoce que la actual pandemia no se acerca al escenario planteado en el informe, la lección es que esas proyecciones pueden convertirse en realidad “si seguimos a escala global sin una estrate-gia preventiva. Cada cierto tiempo, tendremos pandemias. La respuesta a esta ha sido bastante rápida pero tam-bién confirma la teoría de que Italia comenzó a combatirla tarde por la falta de un sistema de vigilancia”, dijo. Y aunque el impacto pueda ser menor al advertido, “el efecto en la economía va a ser brutal. Esta pandemia deja dos conclusiones: el modelo económico liberal sin controles es un modelo fallido. Y el enfoque individualista de los Estados, creyendo que pueden solucionar por su cuenta problemas sanitarios al margen del resto del mundo, no sirve”.
El informe, alojado en el área de documentos del GPMB del sitio de la OMS, afirma que el Banco Mundial “esti-ma que una pandemia mundial de una escala y virulencia parecidas a la que tuvo lugar en 1918 supondría un costo de U$S 3 billones para la economía moderna», o sea, el 4,8% del producto bruto interno (PBI)”.
Los expertos se basaron en una serie de patógenos “a lo largo de los últimos 50 años, algunos de los cuales emergen y reemergen de manera natural y otros se liberan de forma intencionada”, señala, admitiendo la posibili-dad de que estas pandemias puedan tener un origen planificado. “Si bien los avances científicos y tecnológicos ofrecen nuevos instrumentos para promover la salud pública (…), también permiten la creación o recreación en laboratorio de microorganismos que pueden causar enfermedades”, señala.
El documento se basó también en “recomendaciones de grupos y comisiones de alto nivel anteriores estableci-dos tras la pandemia de gripe H1N1 de 2009 y el brote de ébola de 2014-2016. Además, la OMS realizó un segui-miento de 1483 brotes epidémicos en 172 países entre 2011 y 2018, “enfermedades potencialmente epidémicas como la gripe, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), el ébola, el zika, la peste o la fiebre amarilla, entre otras”.
Entre las medidas necesarias a adoptar por los Estados, según el informe, se destaca el fortalecimiento de me-canismos de coordinación, con liderazgo de la ONU y la OMS. La falta de coordinación es algo que muchos especialistas criticaron acerca de la forma en que se aborda el combate al coronavirus. “Todo el mundo tiene que trabajar bajo un liderazgo. El coronavirus refuerza la necesidad de la OMS, la reafirma. Muchos Estados han reba-jado sus contribuciones. No es posible afrontar pandemias si cada Estado hace la guerra por su cuenta”, afirmó Vega en declaraciones a La Vanguardia.
Otras acciones sugeridas para prevenir son el compromiso de las naciones a destinar partidas a la prepara-ción de estos posibles escenarios. “Construir sistemas sólidos” dentro de los gobiernos, dedicados a estos te-mas. También propone “llevar a cabo sistemáticamente ejercicios de simulación multisectoriales para poner en marcha una preparación eficaz y mantenerla”. Además sugiere al mundo “prepararse para lo peor”, lo que implica “garantizar inversiones suficientes para el desarrollo de vacunas y tratamientos innovadores”, entre otros.
Este informe no fue el único que anticipaba esta crisis. En 2017, el Pentágono le presentó a Do-nald Trump un informe en el que advertía sobre la escasez de respiradores, barbijos y camas ante la posibilidad de sufrir el “ataque” de un “enemigo” caracterizado como “una nueva enfer-medad respiratoria de tipo influenza” de transmisión “accidental o deliberada”. Estados Unidos es hoy el país con mayor cantidad de casos de coronavirus, superando el cuarto de millón.