Las imágenes del presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, junto a paramilitares colombianos vinculados con el narcotráfico, hizo escalar la tensión entre Colombia y Venezuela en una semana que empezó con la invocación del autoproclamado presidente interino al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y continuó con movimientos militares de las fuerzas armadas de ambos países en la frontera.
Con la aparición de las fotos de Guaidó con miembros de la narcoparamilitar «Los Rastrojos», la fiscalía general venezolana investiga las imágenes bajo la sospecha de «que el gobierno de Duque delegó en un grupo narcoparamilitar los arreglos para el paso de Guaidó a ese país». Son fotos tomadas en febrero, cuando en Cúcuta se realizaba un festival internacional que apoyaba el intento finalmente frustrado de ingresar ayuda humanitaria al país. Según la denuncia, Guaidó habría entrado a Colombia a través de una «trocha», un paso fronterizo informal, con la ayuda de miembros de esta banda. En las fotos se lo ve junto a dos hombres, uno de ellos armado, Jhon Jairo Durán, alias «El Menor»; Alberto Lobo Quintero, alias «El Brother», quienes se entregaron en junio pasado. En la otra se lo muestra junto a Iván Pozo Pedrozo, alias «Nandito».
Guaidó negó conocerlos, pero no negó el encuentro. «No pedimos antecedentes para tomar una foto», se defendió. Agregó que es un intento del chavismo de «distraer» a la población y a la comunidad internacional «de la crisis política y humanitaria en el país».Maduro aprovechó la acusación para sumar críticas a la principal figura opositora en su país y cuenta con el apoyo manifiesto de varios gobiernos, principalmente el de Trump. «Tremendo bandido, tremendo criminal, que eligió el gobierno de los EE UU para ser el líder de la oposición», dijo, y destacó que lo sucedido el 23 de febrero terminó en «escándalos, inmundicia y derrota junto a sus amigos Iván Duque y Álvaro Uribe Vélez que dio la orden a los Rastrojos». Se refería a una denuncia que involucra a colaboradores de Guaidó que se habrían apropiado de dinero supuestamente destinado a cubrir costos del operativo humanitario.
La información no surgió de la inteligencia chavista, sino del activista de DD HH, Wilfredo Cañizares, titular de la ONG colombiana Fundación Progresar, que monitorea la violencia en la frontera: publicó en Twitter las fotos. Ante esto, el fiscal general venezolano, Tarek William Saab, denunció que el presidente de Colombia «conocía los detalles» de la entrada de Guaidó «con protección del grupo paramilitar».
El caso incrementa la tensión entre ambos países en una semana que comenzó con el pedido de Guaidó ante la OEA de activar el TIAR, lo que fue visto por el gobierno de Maduro y otros organismos que no apoyan la línea de Washington como un paso más en la intervención militar. Según el representante de Guaidó en la OEA, Gustavo Tarre, el TIAR «prevé una gama de opciones que van desde la negociación, la ruptura de relaciones diplomáticas, ruptura de relaciones consulares, suspensión de comunicaciones económicas, de transporte terrestre, marítimo, aéreo, comunicaciones radioeléctricas, radiofónicas, etcétera, y por último, la opción de acciones coercitivas de carácter militar». Para terminar de conformar un frente de posible conflicto armado, Duque declaró que no acepta dialogar con su par venezolano, como sugiere la ONU, y finalizando la semana, el embajador de Colombia en Washington aseguró que EE UU asumió el compromiso de apoyar a Colombia en caso de que estalle un conflicto con Venezuela.