El candidato del partido gubernamental Sueño Georgiano, Mijail Kavelashvili, fue elegido este sábado nuevo presidente de Georgia en una votación celebrada en el Parlamento con el aval de la Comisión Electoral Central y ante el boicot de la oposición, liderada por la actual ocupante de ese cargo, Salomé Zurabishvili, a quien se le vence el mandato este lunes pero ya adelantó que permanecerá hasta que se puedan garantizar “elecciones transparentes”.

Kavelashvili es considerado “prorruso” por los medios occidentales y la oposición proeuropea, que cuestiona la suspensión de la adhesión a la UE decretada por el primer ministro Irakli Kobajidze, también de Sueño Georgiano y a la vez impulsa las protestas que se vienen desarrollando en todo el país, con epicentro en la capital, Tiflis. El designado presidente, de 53 años, alcanzó fama como delantero, primero en el Dinamo Tiflis. Tuvo un paso luego por el Spartak Vladikavkaz de Rusia, el Manchester City, el Grasshoppers de Suiza y tras intervalos en otros equipos suizos terminó su carrera en el Spartak.

En las que fueron las primeras elecciones indirectas en el país caucásico, Kavelashvili obtuvo 224 votos a favor y solo uno en el Colegio Electoral de 300 miembros, entre las cuales se encuentran los diputados del Parlamento y representantes de los gobiernos locales, así como de las regiones de Ayaria y Abjasia, estas últimas siguen siendo consideradas parte de su territorio por el Gobierno georgiano, a pesar de ser independiente ‘de facto’ y reconocidas como tal por la Federación de Rusia. La oposición, que había logrado en los comicios del 26 de octubre 61 escaños, no tomó parte de este acto porque considera, al igual que la presidenta aún en ejercicio, que fueron fraudulentas.

El presidente de la Comisión Electoral, Gueorgui Kalandarishvili, confirmó sin embargo el nombramiento de Kavelashvili al término de las primeras elecciones presidenciales que se votan por sufragio indirecto en el país. A pesar del boicot de la oposición, la votación se ha desarrollado sin incidentes dentro de la Cámara. Así celebró el hecho el presidente del Parlamento, Shalva Papuashvili.

Mientras tanto, miles de personas amanecieron frente al Parlamento, al que consideran ilegítimo, junto a Zurabishvili, que se unió a las marchas y acusó al Gobierno de haber «secuestrado» las instituciones del país. Para los analistas el escenario de rechazo a las elecciones recuerda al Euromaidan en Ucrania en 2014.