China invirtió por primera en 2015 más en el extranjero de lo que las compañías foráneas invierten en el país, un récord para la segunda economía mundial que refleja el apetito de las compañías chinas y la voluntad de Pekín de cambiar su modelo económico.
La inversión extranjera directa, que también incluye el sector financiero, aumentó en 2015 un 18% hasta un nivel récord de 145 mil millones de dólares, superando los 135.600 millones de dólares de inversiones extranjeras en China.
Este «avance histórico» es el resultado de la «intensificación del poder nacional chino» y de la estrategia del gobierno de incitar a las compañías a comprar en el extranjero para estimular el crecimiento, indicó a la prensa Zhang Xiangchen un alto responsable del ministerio de Comercio.
Las compañías chinas «tienen que recurrir a los recursos y a los mercados extranjeros para transformarse y modernizarse», añadió.
Los datos fueron publicados en el informe estadístico de 2015 de inversión china en el extranjero.
La compra en el exterior es una estrategia para hacer frente a los problemas de la segunda economía mundial, como el exceso de producción de la industria, la debilidad de la demanda y sobre todo el freno en su crecimiento, que en 2015 fue el más débil de los últimos 25 años.
En los primeros ocho meses de 2016, las fusiones y adquisiciones de compañías en el extranjero ya representan 61.700 millones de dólares, frente a los 54.400 millones de 2015.
China compra en todos los sectores, desde el fútbol (Inter de Milán, Atlético de Madrid, Aston Villa, AC Milan) hasta la industria. Fue el caso de la empresa química de capital público ChemChina, que en 2015 compró el fabricante de neumáticos Pirelli por 7400 millones de euros.
Y este año ha propuesto 43 mil millones de dólares por la química suiza Syngenta, una operación que todavía no está cerrada.
Por su parte Haier compró en enero la actividad en electrodomésticos del estadounidense General Electric (GE) por 5400 millones de dólares.
Falta de reciprocidad
Las compras chinas en el exterior se concentran en el sector de las materias primas pero también en otros sectores como los videojuegos, los transportes o la farmacia.
En 2015 Fosun compró el especialista francés de clubes de vacaciones Club Med y en 2016 el grupo Wanda, que ya era líder mundial de salas de cine, se quedó con los estudios de cine Legendary.
También son recientes la compra por parte de Kunlun Tech de una participación mayoritaria en la conocida aplicación Grindr (citas entre homosexuales) o la de la compañía alemana de robots industriales Kuka, cuya adquisición fue muy polémica en ese país.
Estados Unidos y la Unión Europea se quejan de la falta de reciprocidad de China, donde muchos sectores siguen estando cerrados a las inversiones extranjeras.
Aunque Europa sigue siendo «extremadamente abierta», un europeo «no se atrevería ni a soñar en comprar un aeropuerto en China», dijo recientemente el presidente de la cámara de comercio de la UE en el gigante asiático, Joerg Wuttke, en referencia la compra de un aeropuerto en Toulouse (Francia) por parte de un consorcio chino.
En 2015 China invirtió 64.500 millones de dólares en Europa y 40.100 millones en Estados Unidos.