Las últimas encuestas, que dan como favorito a las elecciones anunciadas para el 3 de mayo a Luis Arce, y la dispersión de los sectores de la derecha que apoyaron el golpe contra Evo Morales, preocupa a quienes planean sacar del juego al partido que gobernó Bolivia hasta el 10 de noviembre pasado. Ahora, la estrategia pasa por proscribir las fórmulas de representantes del MAS-IPSP y las presiones sobre el órgano que debe decidir sobre las candidaturas se hizo sentir en la mañana de este miércoles, cuando desde los medios afines a el gobierno de facto difundieron la información de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) había inhabilitado las candidaturas a senadores del ex presidente Evo Morales y su ex canciller Diego Pary, por no cumplir con los requisitos que impuso la administración de Jeanine Añez, la actual ocupante del Poder Ejecutivo.
Según un comunicado del MAS-IPSP, corría riesgo incluso la postulación a la presidencia de Luis Arce, ministro de Economía durante toda la gestión de Morales, quien el martes mantuvo un encuentro con el presidente argentino, Alberto Fernández. «Expresamos nuestra preocupación por este intento político de sectores incrustados en el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) que intentan eliminar a nuestros candidatos por intereses mezquinos antidemocráticos. Frente a esta situación, nos declaramos en estado de emergencia permanente», afirmó esa agrupación política en un comunicado.
El dilema para quienes intentan dar un viso de restauración democrática al proceso electoral es que no les es fácil proscribir al partido que a la luz de los sondeos es el mayoritario. Y eso saben desde el Movimiento al Socialismo, que perciben en cada movimiento del TSE una maniobra para dejarlos fuera de juego.
La declaración del partido se produjo después de que este lunes ese tribunal anunció que pospondría sin fecha la decisión sobre las habilitaciones de Morales, Arce y Pary, cuestionadas con argucias leguleyas por la derecha gobernante. Entre otros argumentos, pusieron sobre la mesa impugnaciones por no tener residencioa permanente luego de haber dejado el país en noviembre, cuando debieron escapar de las persecuciones de los sectores más violentos del golpismo.
El partido de Morales instó al TSE a comportarse «a la altura» de la vocación democrática del pueblo, «promoviendo la participación respetuosa y transparente de las mayorías en los procesos electorales”, destaca un cable de la agencia Sputnik. El calendario del proceso electoral fijaba para el 24 de febrero la apertura del plazo de impugnaciones de candidaturas para las elecciones de mayo.
Al inicio de esta semana se conoció una encuesta de la consultora Ciesmori que muestra a Arce a la cabeza en la intención de voto, con un 31,6%.El artífice del milagro económico de gobierno de Morales supera ampliamente al expresidente centrista Carlos Mesa (17,1%) y a la mandataria de facto, Jeanine Áñez (16,5%), según el estudio, encargado por el diario El Deber y el canal de televisión Unitel.
Otro sondeo, para el diario Página Siete, dio 26% para Arce, mientras que el ultraderechista Luis Fernando Camacho acumulaba un 9,4, seguido del predicador evangélico de origen coreano Chi Hyun Chung (5,4%).
Fue en este contexto que Camacho, un rico empresario del Oriente boliviano -que entró al Palacio de Gobierno augurando que se iba a ir la whipala y volvía la Biblia al control de Estado- llamó a unir fuerzas para evitar el triunfo del MAS-IPSP. «No podemos permitir que sigamos todos los bolivianos con el Jesús en la boca porque las encuestas le dan excusa al MAS para aprobar esa senaduría en la que está el expresidente Evo Morales», afirmó Camacho.
Desde primera hora de la mañana los medios hegemónicos anunciaron que el TSE había inhabilitado a Morales y Pary, aunque deslizaban que Arce si había sido aceptado para la competencia. Pero no había confirmación oficial ni entre las autoridades electorales bolivianas ni en el equipo de prensa de Morales en Buenos Aires. Morales es candidato a senador por Cochabamba y Pary por Potosí.
A media mañana, el presidente del TSE, Salvador Romero, dijo que aún no se había tomado una decisión sobre las candidaturas del expresidente y su último canciller.
Hasta ahora, el TSE había inhabilitado 797 candidatos sobre 2107 postulaciones de las ocho organizaciones políticas que se acreditaron para los comicios. Pero en todos los casos fueron por temas poco relevantes de candidatos de segundo orden a nivel nacional.
En el caso de los líderes del MAS-IPSP, el riesgo es que la dirigencia pretenda seguir jugando con fuego en un país ya convulsionado por la caída de un gobierno rechazado por los sectores más conservadores y desde ya, por la administración de Donald Trump, que no se cansó de aplaudir a los golpistas.