El papa Francisco pidió que «cada uno de nosotros sienta vergüenza por la guerra» al ver que «los humanos, nuestros hermanos, son capaces de hacer esto», frente a lo que solicitó que no haya «divisiones de fe» y convocó a todas las religiones a «rezar por la paz».
Antes del encuentro que tendrá esta tarde en Asís junto a más de 450 líderes de diversas religiones para el cierre de la jornada interreligiosa «sed de paz», el Pontífice convocó a «rezar juntos más allá de las divisiones» sin «cerrar los oídos al grito de dolor de quien sufre».
«La guerra no está lejos, está cercana porque toca a todos», sentenció el Obispo de Roma.
«Nosotros la guerra no la vemos. Nos asustamos por cualquier acto de terrorismo, pero eso no tiene nada que ver con lo que sucede en esos países, en aquellas tierras donde día y noche las bombas caen y caen y matan niños, ancianos, hombres, mujeres», criticó.
«Frente a esto no puede haber divisiones de fe. No basta agradecer a Dios porque quizás la guerra no nos toca. Agradezcamos por esto, sí, pero pensemos en todos», pidió el Pontífice durante la misa matutina en la capilla de Santa Marta.
«Pensemos hoy no sólo en las bombas, en los muertos, sino también en la gente, niños y ancianos, a los que no les llega la ayuda humanitaria para comer ni les llega la medicina», agregó el Pontífice.
«Tienen hambre, están enfermos», exclamó, «porque las bombas impiden la ayuda».
«Mientras rezamos hoy, sería bello que cada uno de nosotros sienta vergüenza, vergüenza de que los humanos, nuestros hermanos, sean capaces de hacer esto. Hoy es una jornada de oración, de penitencia, de llanto por la paz: un día para sentir el grito del pobre», agregó.
«Este grito que nos abre el corazón a la misericordia, al amor y nos salva del egoísmo» sostuvo Francisco, tras plantear que «no existe un Dios de la guerra».