Fernando Pereira estuvo 31 años en la Federación Uruguaya de Magisterio, lideró la central obrera PIT-CNT (2015/21) y luego fue presidente del Frente Amplio, que venía de la derrota electoral del 2019. A tres años de su mandato, la coalición vuelve a la victoria. Tiempo habló con él, en Montevideo. «Yamandú es un gran dirigente y un gran gobernante, pero fundamentalmente es un gran tipo. A esos tipos, uno los quiere. Como queremos mucho a Mujica, a Tabárez, a Astori, a Enrique Rubio. Como quiero a muchos compañeros del Frente Amplio y a la dirección actual. Hay que decirlo. Manifestamos el cariño porque es de buenos seres humanos. Lo primero que le dije a Yamandú al conocer la victoria, es que lo quería. Luego sí, que había sido un gran candidato, que nos representa su forma de ser, de no agredir, de no tener ni una consigna negativa. Todos deberíamos aprender de él para que las campañas en Uruguay sean de más ideas y menos agravios».
–¿Cómo pudo revertir el Frente el resultado del 2019?
–Ganar una lección no es sencillo. Estar tanto tiempo trabajando esa victoria, haber visitado todas las localidades del país durante tres años, la mayoría de los dirigentes hizo miles de kilómetros. Y también el militante que te presta su casa para quedarte, que te da un desayuno, que te invita a almorzar para que la gira sea más económica. Sin ellos no hubiéramos podido. Ganamos por ellos, con ellos y para ellos. Y vamos a gobernar con ellos, uniendo a los uruguayos.
–Le toca a Orsi la responsabilidad de gobernar y a vos la de dirigir al partido.
–Lo tenemos muy claro: gobierna el presidente y el partido debe ser capaz de tener un buen diálogo con él y con la sociedad.
–Él se caracteriza por el diálogo, la negociación, el buen trato.
–Dentro del FA también se necesita eso. Negociación, charlas, la unión. Mantenemos la unidad desde hace 53 años. Debe ser el único partido del mundo donde la izquierda está unida hace 53 años. Ha pasado una dictadura de 12. Ha gobernado 15 años. Perdió varias elecciones. Es un partido donde viven la solidaridad y el amor. El Frente es muchas razones, pero también mucho amor, mucho corazón. Estaba Tabaré Vázquez en su etapa terminal donando su biblioteca y pidiendo a sus hijos que entregaran libros para que cada local los tuviera y la gente pudiera instruirse. Había sido dos veces presidente, intendente de Montevideo, presidó el partido. Ese es el Frente. Ese gesto de amor quedó para siempre. «No nos rendimos»: así nos pidieron en La Teja.
–Ocurre lo mismo con Mujica.
–Estuve hace unos días con él. Justo cayó Rada con Patricia, su esposa, tremenda compañera. Conversamos de arte, amor, filosofía, del futuro. Con 90 años piensa en el futuro, y sabe que hay cosas que aparecen 20 minutos después. Me voy a morir agradecido por esa charla. Esas dos horas valen por dos años. Una clase de política. Soy presidente del FA pero también el compañero de ellos.
–Para los argentinos, esa unidad es un gran ejemplo.
–No es copiable mecánicamente, pero sin unidad de la izquierda, no hay proyecto posible. Puede haber testimonios muy valiosos, pero no cambios estructurales.
–¿Cómo se dio el recambio?
–Hace apenas cinco años que dejamos el gobierno. Tenemos gobernantes de 30 años, 35, 40. Una renovación muy importante que va a dar oxígeno para un ciclo progresista, más de un gobierno.
–¿Cómo es la relación entre el Frente y los partidos progresistas de Argentina?
–En esta etapa nos tocó consolidar el proceso interno. Yo casi no salí de Uruguay. Fui a Argentina dos veces a reunirme con compatriotas, votos muy importantes. Una alborada de más de 15 mil. El esfuerzo enorme de uruguayos que deberían poder votar en Argentina, donde viven, como todos los latinoamericanos. No que sólo pueda votar el que se puede pagar el pasaje.
–¿Qué importancia tiene este triunfo para la región?
-Espero que mucho. Somos conscientes del tamaño del país: también de la incidencia política que pueden tener nuestras opiniones. Nos vamos a tomar muy en serio la política internacional, que en este periodo cayó mucho. En los gobiernos del FA, Uruguay traccionó y va a seguir haciéndolo.
–¿Cómo te imaginas en la relación entre ambos gobiernos?
–Gobiernan los Estados. Eso no puede mirarse a la luz de lo que yo opino del presidente argentino. Debemos conversar con Argentina porque es demasiado importante para el Uruguay. Siempre lo fue y lo será.