Una de las filtraciones de información sensible más impactantes del mundo demuestra la forma en que se torcieron las investigaciones en el caso Lava Jato para encarcelar a Lula da Silva y dejarlo fuera de carrera presidencial en 2018. El escándalo surge de la publicación en el portal The Intercept de miles de escuchas telefónicas entre el juez que condenó al ex presidente, Sergio Moro, y el fiscal Deltan Dalagnol, en las que se revela la escasez de pruebas concretas para una sentencia y la presión del actual ministro de Justicia de Jair Bolsonaro para acelerar un fallo. Incluso se nota la desesperación por evitar una entrevista periodística desde la prisión antes del comicio para impedir que el apoyo a Fernando Haddad, el candidato del PT, incidiera para ganar el ballotage.
El impacto que produjo la publicación de este material es tan fuerte y la seriedad del portal es tal que los propios involucrados reconocieron que las escuchas son ciertas, aunque se desligaron de cualquier posibilidad de haber cometido un ilícito y aseguran que todo lo conversado forma parte de conversaciones normales en el ámbito de la justicia.
The Intercept es el portal del abogado y periodista estadounidense Glenn Greenwald. En su historial tiene el haber sido en 2014 el que publicó en el diario británico The Guardian la primera entrevista al analista estadounidense Edward Snowden en que contaba la forma en que la agencia NSA espiaba a todo el mundo en todo el mundo a través de los medios electrónicos.
En verdad, Greenwald tuvo la perspicacia de darse cuenta, alertado por la cineasta Laura Poitras, de que los mails encriptados que enviaba un misterioso Citizenfour podían contener información importante para conocimiento de la ciudadanía. Y así viajaron a Hong Kong para hablar con el misterioso personaje, hoy exiliado en Rusia para no correr la misma suerte que Julian Assange, el australiano que inauguró el método de invitar a fuentes anónimas a mostrar documentos sobre los secretos más comprometidos que los estados no quieren que se sepan por medio de WikiLeaks.
Bajo esta premisa, Greenwald -que está casado con un diputado brasileño David Miranda, del Partido Socialismo y Libertad (Psol) y vive en Río de Janeiro- creó The Incercept, ( la intercepción, la escucha) donde publica información contrastada con el rigor característico del tradicional periodismo sajon que recibe de fuentes anónimas que entregan el material en plataformas seguras y a prueba de vigilancia estatal.
Para esta filtración se cumplieron los objetivos fijados por Greenwald, pero además el hecho encuentra un momento muy propicio para golpear de lleno en la política brasileña y latinoamericana en general. Lula da Silva siempre sostuvo su inocencia y su condena fue producto de lo que se conoce como lawfare, la utilización del sistema judicial para la persecución de los enemigos políticos. Lo mismo podría decirse de la destitución de Dilma Rousseff, acusada de una falta administrativa comoexcusa para quitarle del medio y que asumiera su vice,el golpista Michel Temer,a hora preso
Pero por eso de que la mentira tiene patas cortas, poco a poco se va descorriendo el velo de un método por el cual Lula y los dirigentes del PT aparecieron como personajes corruptos que una ola de pureza ideológica iba a barrer de la historia.
Sin embargo en el Supremo Tribunal de Justicia (STJ), la primera condena contra Lula, por el caso de un triplex de Guarulhos que le atribuyeron al ex presidente, fue disminuida lo suficiente como para que en pocas semanas pueda quedar en un régimen semiabierto, o sea que pueda salir durante el día a trabajar. Y ya se le autorizó a que diera reportajes periodísticos. Por otro lado, la fiscal general ya recomendó adelantar el momento de la semilibertad.
Mientras tanto, la Orden de Abogados de Brasil (OAB), el colegio profesional del país, reclamó por las escuchas ilegales que se le hicieron al detenido con sus abogados, algo que viola todas las normas elementales en un estado de derecho, otra practica muy extendida por estas regiones desde hace años.
Es así que The Intercept, en el editorial en que explica el alcance de las filtraciones que publica, sostiene que «este escándalo generalizado envuelve a diversos oligarcas, líderes políticos, los últimos presidentes y hasta líderes internacionales acusados de corrupción». Y agrega que la exclusión de Lula, el objetivo declarado en las conversaciones interceptadas, «fue la llave maestra para un camino a la victoria de Bolsonaro», que como se pudo ver, premió la ayuda con un ministerio para Moro.
Uno de los tramos más reveladores de los varios artículos que publicaron Greenwald y su equipo de periodistas muestran que el fiscal Dalagnol no estaba seguro de que las pruebas contra Lula sobre el famoso triplex fuesen contundentes. Había estado trabajando en el tema con otros 13 fiscales y a pocos días de tener que presentar el caso, no había encontrado nada firme. Lo único que había era un artículo periodístico con demasiados verbos en potencial.
«Dirán que estamos acusando en base a noticias de un diario e indicios frágiles (…) hasta ahora tengo recelo de la conexión entre Petrobras y el enriquecimiento y también de la historia del departamento (…) son puntos en que tenemos que tener las respuestas ajustadas en la puta de la lengua», dice un mensaje del 9 de setiembre de 2016 en un grupo de chats bautizado Incendiarios ROJ , integrado por los fiscales del caso.
A los pocos días Dalagnol presentó un Power Point donde acusa a Lula diciendo que tenía «la íntima convicción» de que era el dueño del triplex. El ex dirigente sindical siempre dijo que lo habían condenado por un Power Point y sin pruebas. Estos mensajes demuestran que no mentía.
Otra maniobra revelada por estas filtraciones son conversaciones entre Moro y Dalganol donde el juez de Curitiba le pide «invertir el orden de las fases de la investigación», para producir los resultados deseados. En otra charla, le recrimina: «¿No hay mucho tiempo sin ninguna operación?» y en otra le dice, como si fuese un escolar: «No puede cometer este tipo de errores ahora» por falencias de la Policía Federal en la búsqueda de información que necesitaban para condenar.
Otro tramo sugestivo de la publicación es cuando traman la forma de bloquear el pedido de entrevista de la periodista de Folha de San Paulo Mónica Begaramo, que había sido autorizada por el STJ.
Los supremos habían permitodo el reportaje aceptando los argumentos de la defensa de Lula de que si hasta homicidas o narcotraficantes condenados con sentencia firme habían podido hablar con la prensa, mucho más aceptable debería ser su caso habida cuenta de que no estaba acusado de ningún crimen de esa naturaleza. El intercambio de chats es sorprendente en funcionarios judiciales que deberían mostrar equidistancia para juzgar.
La fiscal Laura Tessler escribió: “¡¡¡Que chiste!!! Asco !!! Allí va el chico hacer palanca en la cárcel. Un verdadero circo. Y después de Mónica Bergamo, por la isonomía, van a venir tantos otros periodistas … y nosotros aquí haciendo papel de payasos con ese Supremo …”.
Otra fiscal, identificada como Carol PGR, agrega: «estoy muy preocupada con una posible vuelta del PT, pero he rezado mucho a Dios para que ilumine a nuestra población para que un milagro nos salve»,
“Mafiosos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!”., dice simplemente otra procuradora, Isabel Groba.
Un fiscal sugiere que la Policía Federal debería intervenir para impedir el reportaje o al menos demorarlo lo suficiente como para que se produjera después de las elecciones, cosa de cumplir con el STJ pero licuar el impacto de las palabras del ex tornero mecánico, como siempre se presentó en las audiencias Luiz Inacio Da Silva.
El alivio de los funcionarios judiciales fue grande cuando el Partido Novo, una agrupación creada en 2015 y de tendencia derechista libertaria, presentó un recurso ante el Supremo Tribunal para impedir el reportaje, lo que impidió que se cumpliera el propósito de los magistrados más inclinados al respeto de los derechos civiles.
Greenwald, tras defender reiteradamente la publicación por lo que implica para la democracia brasileña y de la región conocer cómo se torció al sistema judicial para condenar a un ex presidente, asegura dice que tiene más material explosivo en sus manos sobre el caso. «Esto es apenas el inicio de una gran investigación periodística en curso sobre las pruebas de la investigación Lava Jato y «sobre los actos de Moro cuando era juez y sobre el fiscal Dallagnol», dijo.
Fernando Haddad, el candidato del PT derrotado en noviembre, exigió una investigación a fondo sobre «el mayor escándalo institucional de la historia de la República» y que ahora podría terminar, considera, con los promotores de la operación judicial sentados en el banquillo de los acusados y los sentenciados, el libertad y reivindicados ante la opinión pública. .
Los fiscales que desde el Ministerio Público Federal (MPF) urdieron la causa Lava Jato reconocieron en un comunicado que «sus miembros fueron víctimas de una acción criminal de un hacker», aunque defendieron sus actuaciones como limpias y legales.
El ministro Moro también minimizó la filtración. «no se vislumbra ninguna anormalidad de direccionamiento de actos en tanto que magistrado, a pesar de ser sido sacadas de contexto y de su sensacionalismo», dijo. Pero se ve que ya estaba al tanto de que algo así saldría a la luz porque la semana pasada denunció que alguien la había hackeado su celular.