Paul Manafort, el ex jefe de campaña del presidente estadounidense, Donald Trump, se declaró culpable hoy de haber mentido en su declaración sobre el Rusiagate, la causa que investiga la presunta injerencia de Rusia en los últimos comicios en el país norteamericano.
Manafort y su ex socio comercial Rick Gates se entregaron hoy a las autoridades del FBI para cumplir una orden de arresto en el marco del Rusiagate, acusados de «conspiración contra Estados Unidos» entre un total de 12 cargos aprobados por un gran jurado federal en Washington el pasado viernes.
El escrito de acusación hecho público hoy detalla que entre los cargos figuran «conspiración para lavar dinero», así como realizar «declaraciones falsas y engañosas» y no presentar información financiera y de cuentas bancarias en el extranjero, según informó la agencia de noticias EFE.
El diario The New York Times informó hoy acerca de la orden de arresto contra Manafort y Gates y la cadena CNN detalló esta mañana que el ex jefe de campaña de Trump abandonó su casa a las afueras de Washington a primera hora y sus cámaras mostraron cómo se entregó al FBI.
Se trata de las primeras detenciones en la investigación que lleva adelante el fiscal especial Robert S. Mueller III por posible colusión entre el gobierno ruso y miembros del equipo del magnate republicano, así como posible obstrucción a la justicia y delitos financieros.
Manafort, que había sido investigado por violaciones a la ley tributaria federal, lavado de dinero y por sus actividades de lobby en el extranjero, esperaba cargos desde este verano, cuando agentes del FBI allanaron su casa y los fiscales le advirtieron que planeaban procesarlo.
Esa advertencia generó especulaciones de que podría tratar de llegar a un acuerdo para evitar el enjuiciamiento.
Por su parte, Gates aparece en documentos vinculados a compañías de Manafort establecidas en Chipre para recibir pagos de políticos y empresarios en Europa del Este, según los registros de The New York Times.
Manafort, un veterano estratega republicano, se unió a la campaña de Trump en marzo de 2016 y poco después se convirtió en el jefe de las operaciones diarias de la actividad proselitista del magnate.
No obstante, Trump lo despidió meses después, al recibir informes acerca de que Manafort habría cobrado más de 12 millones de dólares en pagos no revelados de Viktor Yanukovych, el ex presidente ucraniano y un dirigente pro Rusia. Manafort fue durante varios años asesor político de Yanukovych, pero negó haber recibido esos pagos.
Las agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron que el presidente ruso Vladimir Putin lanzó una campaña furtiva de piratería y propaganda para tratar de dañar a la candidata demócrata Hillary Clinton y ayudar a Trump a ganar las últimas elecciones en Estados Unidos.
La investigación de Mueller también cubre las finanzas y negocios familiares del presidente y busca determinar si Trump incurrió en obstrucción de la justicia cuando despidió en mayo al entonces director del FBI, James Comey, quien lideraba la causa del Rusiagate.