«Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía». Así se despidió Evo Morales de Bolivia luego de ser forzado a renunciar por un golpe de Estado cívico, policial y militar.
Tras casi un día oculto en el Chapare, en Cochabamba, Evo recibió asilo político por parte del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y partió rumbo a México vía Paraguay.
El avión de la Fuerza Aérea de México en el que viaja el ex presidente boliviano iba a pasar por Perú, sin embargo realizó finalmente una escala de cuatro horas en Asunción.
Según algunos medios citados por la agencia de noticias EFE, la nave que lo traslada se vio obligada a hacer tierra en Paraguay al no disponer de autorización para volar sobre cielo peruano. Otras fuentes indicaron que la escala fue motivada para realizar una verificación de todas las licencias de sobrevuelo.
Al respecto, el ex presidente paraguayo Fernando Lugo (2008-2012) dijo que la escala fue para el reabastecimiento del avión. El ex mandatario declaró a Radio Monumental que entre los ocupantes estaba también el ex vicepresidente Álvaro García Linera, quien bajó a la pista a saludar al embajador mexicano en Paraguay. También viajan familiares de Evo y otros miembros del gabinete.
El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, había confirmado anoche que el gobierno de Perú decidió abrir su espacio aéreo al avión de México que iría a buscar a Evo Morales. También informó que había hablado con el presidente de Paraguay, el conservador Mario Abdo Benítez, y que este le aseguró que «las puertas de Paraguay estaban abiertas para Evo Morales, para asilarlo y darle tranquilidad».