Estados Unidos y el Reino Unido evacuaron a su personal diplomático de Sudán, mientras que Francia lanzó una operación para sacar a sus ciudadanos, al inicio de una segunda semana de sangrientos combates entre el Ejército y un grupo paramilitar.
La violencia en el país del noreste de África, de 45 millones de habitantes, se desató el 15 de abril entre las fuerzas del jefe del Ejército, el general Abdel Fatah al-Burhan, y las del general Mohamed Hamdane Daglo, llamadas Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
La disputa surgió de planes de integrar a los paramilitares de las FAR al Ejército regular, un requisito clave del acuerdo para restaurar la democracia en Sudán tras el golpe militar que depuso al gobernante autocrático Omar al Bashir en abril de 2019.
Al Burhan y Daglo derrocaron luego, en 2021, al gobierno civil que reemplazó al de Al Bashir, y su lucha pone un freno a planes para restablecer las instituciones democráticas y genera temores a una guerra civil en el tercer país más grande de África. Los violentos enfrentamientos tienen lugar esencialmente en Jartum, la capital, y en la región de Darfur, en el oeste del país árabe y musulmán.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 420 personas murieron y 3.700 resultaron heridas hasta ahora en los combates, que en Jartum se libran en zonas densamente pobladas y con tanques, artillería y aviones de guerra. La violencia también desplazó a decenas de miles de personas hacia otros Estados de Sudán o los vecinos Chad y Egipto, y propició que varios países iniciaran operaciones de evacuación para sus ciudadanos.
Los generales enfrentados han dicho que no negociarán y han rechazado llamados internacionales a poner fin a la violencia. Dos treguas de 24 horas acordadas la semana pasada casi no tuvieron impacto en los enfrentamientos, que nunca se detuvieron.
Evacuación estadounidense
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que fuerzas de élite estadounidenses evacuaron al personal diplomático de su país de Jartum con helicópteros y que Washington suspendió temporalmente las operaciones de su embajada en Sudán. El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, dijo que las Fuerzas Armadas británicas completaron una evacuación de sus diplomáticos y sus familiares de Sudán ante el «significativo aumento de la violencia».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia anunció que lanzó una «operación de evacuación rápida» que incluye tanto a ciudadanos franceses como de otros países europeos y aliados. El Departamento de Estado estadounidense dijo que los evacuados por el Gobierno de Biden fueron un centenar de personas, incluidos diplomáticos.
Aún quedan otros cientos de ciudadanos estadounidenses en el país, cuya evacuación no está prevista «de momento», agregó un responsable del Departamento de Estado. Por su parte, Turquía también anunció planes para sacar a sus ciudadanos de Sudán por vía terrestre o a través de un país tercero.
Arabia Saudita fue el primer país en evacuar a sus ciudadanos -91- el sábado, junto a otros de unos 60. Todos llegaron a Yeda, una ciudad portuaria saudita a orillas del mar Rojo.
Llamado del papa Francisco
En el Vaticano, por segundo domingo consecutivo, el papa Francisco llamó al «diálogo» ante la «grave» situación en Sudán. «Por desgracia, la situación en Sudán sigue siendo grave, por lo que renuevo mi llamado para que cese cuanto antes la violencia y se retome la vía del diálogo», dijo durante su tradicional oración dominical en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Por desgracia, la situación en Sudán sigue siendo grave, por lo que renuevo mi llamado para que cese cuanto antes la violencia y se retome la vía del diálogo»Papa Francisco «Invito a todo el mundo a rezar para nuestros hermanos y nuestras hermanas sudaneses», añadió el pontífice argentino.
Sin tregua
En Sudán, los encarnizados combates entre las fuerzas de los dos generales en el poder no daban tregua y dificultaban las labores de evacuación. Una fuerte explosión tuvo lugar en el barrio de Kafuri, en el norte de Jartum, cerca de una mezquita que había sido designada como punto de encuentro para los civiles turcos. La operación de evacuación tuvo que ser aplazada.
Los choques y los tiroteos arrecian en la capital y sus alrededores. Aviones de combate sobrevolaban la zona mientras avanzaban blindados paramilitares. Los ataques ya destruyeron u obligaron a cerrar un «72% de los hospitales» en las zonas de combate, alertó el sindicato de médicos.
En Jartum, con una población de 5 millones, el conflicto dejó a los civiles aterrorizados refugiados en sus casas. Muchos salen sólo a buscar comida o para huir y temen un recrudecimiento de la violencia tras la salida de los extranjeros. Atrapados entre los combates, carecen de agua y electricidad, mientras las reservas de alimentos se van agotando. Las redes de Internet y teléfono funcionan de manera intermitente. La primera evacuación fue posible por un declive en los combates el viernes, primer día de la fiesta del Aid al-Fitr, que marca el fin del mes sagrado musulmán del Ramadán.
El Ejército y las FAR habían anunciado altos el fuego de manera separada, pero se acusaron después de violar la tregua. Ambos bandos están además enzarzados en una guerra de información y es imposible saber quién controla los aeropuertos del país y en qué condiciones se encuentran tras haber sido escenario de intensos combates.
El Programa Mundial de Alimentos (PAM) de la ONU advirtió que millones de personas más podrían sufrir hambre debido a la violencia en Sudán, donde un tercio de la población necesita ayuda.