La Unión Europea se encamina a rechazar las negociaciones de los tradados de libre comercio que impulsa Estados Unidos. El Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) -ahora cuestionado por Francia y Alemania- pretende reducir las medidas de control de productos en esos países, además de atentar contra los consumidores y pymes. El tratado prevé crear la mayor zona de libre comercio del mundo con un mercado de consumo de más de 800 millones de ciudadanos.
París quiere pedir a la Comisión Europea que suspenda las negociaciones sobre el TTIP, declaró el secretario del Estado del Comercio Exterior, Matthias Fekl, a la emisora RMC. «Necesitamos un alto claro y definitivo», dijo.
Fekl agregó que «no hay apoyo político de estas negociaciones en Francia» y que en septiembre durante una reunión de los ministros de Comercio Exterior prevé presentar esa postura a sus homólogos. Según Fekl, «EE UU no nos da nada o muy poco… los socios no deben realizar las negociaciones de esta forma».
La Asociación prevé integrar a EE UU, Canadá, México, Suiza, Liechtenstein, Noruega e Islandia, así como a los países miembros de la UE y los candidatos a entrar en el bloque europeo.
La organización ecologista Greenpeace había publicado en Internet los documentos filtrados sobre la negociación del TTIP entre EE UU y la UE, que se habán manejado en absoluto secreto.
Greenpeace informó que EE UU está presionando a la Unión Europea para reducir las medidas de control de los productos potencialmente peligrosos de EE UU y de los alimentos modificados genéticamente.
Se afirmó también que los representantes de EE UU y la UE se proponen lograr la firma del acuerdo antes de que Barack Obama deje la presidencia de Estados Unidos en enero.
«Los europeos no deben hacer concesiones a los estadounidenses sobre el acuerdo», se sumó al rechazo el vicecanciller alemán y también titular de Economía y Energía, Sigmar Gabriel.
«Creo que no es posible firmar el TTIP este año o bien se tratará del TTIP Lite (reducido) o bien tendremos que hacer concesiones, algo que los europeos no deberían hacer», dijo Gabriel durante una conferencia de prensa trasmitida por la cadena Phoenix.
Agregó que desde el principio a diferencia de la canciller alemana Angela Merkel fue «más escéptico» sobre las perspectivas de aprobar el acuerdo.
Asimismo Gabriel calificó de «pura ficción» la suposición de que las partes, que tras años de negociaciones «no llegaron a acordar ni una página», logren preparar el acuerdo «durante los meses restantes».
Las negociaciones que se realizan desde 2013 en el secretismo, han generado acusaciones de que sirve a los intereses de las corporaciones multinacionales en detrimento de los Estados soberanos, los consumidores y las pequeñas y medianas empresas. Lo cual ahora despierta las críticas de los dos principales socios de la UE.