En un país con una larga tradición de whistleblowers (denunciantes éticos) como Daniel Ellsberg –en la guerra de Vietnam- o Edward Snowden –sobre el espionaje global de agencias de EE UU-, la revelación de miles de documentos, que exponen debilidades en el frente ucraniano o muestran desconfianzas del gobierno de Joe Biden con Israel o Corea del Sur, parecía un apetecible bocado para los medios masivos. Para más, esos días se cumplían cuatro años de la detención del australiano Julian Assange por haber publicado millones de archivos sobre atrocidades de tropas en Irak y Afganistán. Pero esta vez el convite del The New York Times o el Washington Post no caló igual. Y sin bien en los primeros días los medios concentrados le dieron cobertura, a poco de rascar un poco se fueron viendo algunas inconsistencias.

Este viernes un joven de 21 años, integrante de la Guardia Nacional, fue acusado de orquestar «la filtración de documentos más grande desde 2013», con el caso Snowden, hoy exiliado en Rusia. El exagente de la CIA, que tenía bien presente las consecuencias para su salud de la filtración que había acordado con el británico The Guardian, mostró sus cartas en un hotel de Hong Kong y se refugió en Moscú para no terminar perseguido como Assange.

Jack Texeira, el actual acusado, había comenzado a enviar fotos de los documentos por un servidor de la red Discord del juego Minecraft desde principios de marzo, en chats de un grupo denominado Thug Shaker Central (Agitador Matón Central) con el nickname OG. Algunos archivos se vieron en Twitter, Telegram y 4Chan. Hasta que salieron en NYT y WP no tuvieron gran difusión y fueron interpretados como la bravuconada de un muchacho engreído. Pronto el gobierno “prohibió” su difusión y se creó un ambiente de paranoia. Pero los que conocen el entramado de los servicios de inteligencia –eso que Donald Trump popularizó como “estado profundo”- vieron algunos huecos en el relato.

¿Cómo Teixeira, hijo y nieto de soldados y conocido como un católico “patriota y afecto a las armas” pudo acceder a documentos de ese nivel de secreto? ¿Qué tanto informa y hasta qué punto no es una operación de desinformación? Si esto es así, ¿se busca invitar a los rusos a una emboscada en el campo de batalla, o se pretende que los miembros de la Otán pongan más dinero en ese agujero negro en el que ya se dilapidaron millones de dólares?

Hay datos sobre Emiratos Árabes Unidos que muestran la ofuscación de Biden por el giro en Medio Oriente, donde tras la reanudación de relaciones entre Irán y Arabia Saudita auspiciada por China hay un cambio de paradigma que afecta a la principal arma de EE UU, el dólar (ver aparte). Otra sospecha: en 1979 Jimmy Carter perdió la elección contra Ronald Reagan luego del fracaso de una operación para rescatar a rehenes retenidos en la embajada estadounidense en Teherán por estudiantes iraníes. ¿Esta filtración intenta probar la inoperancia de la actual administración demócrata?   «