Pedro Sánchez Pérez-Castejón es el presidente del gobierno español desde junio de 2018, pero recién este martes fue investido en el cargo tras el acuerdo de su partido, el PSOE, con Podemos y otras fuerzas políticas, que fue celebrado el 12 de noviembre pasado y que le permitió formalmente formar el gobierno. Y si bien falta definir un puesto clave, el ministro de Justicia, Sánchez ya definió el grueso de su Consejo de Ministros.
El nuevo Gabinete será uno de los más numerosos de la democracia, con 22 cargos, y dentro de unas horas, este domingo a las 14, el presidente comunicará la estructura del nuevo Ejecutivo, tras habérselo transmitido al rey. Un dato clave es que el líder socialista, tal como es su perfil, acentuado en esta ocasión, eligió colaboradores de claro perfil técnico, lo que supone que minimiza la representación más política del PSOE.
Sánchez lo considera imprescindible, además, por un aspecto que hace a su poder real al frente del gobierno: al optar por «un buen número de independientes de reconocido prestigio» busca esmerilar la carga política que Podemos y la Izquierda Unida, logró imponer en los ministerios, por ejemplo, con dirigentes como Yolanda Díaz (histórica de la izquierda gallega, quien se encargará de Trabajo); Irene Montero (cofundadora de Podemos y pareja de Iglesias, que será ministra de Igualdad) o el sociólogo Manuel Castells (que irá a Universidades). Además, claro, de la vicepresidencia de Pablo Iglesias, una de las cuatro que habrá. Ocupará el sitio dedicado a Derechos Sociales y Agenda 2030. Los tres restantes fueron determinados para la veterana socialista Carmen Calvo, que centrará su labor en la crisis catalana, y la tecnócrata Nadia Calviño, ministra saliente de Economía y que continuará enfrascada en ese aspecto del gobierno.
Ya el presidente recibió críticas puntuales por el izquierdista con que se estructuraba su Ejecutivo. De los 14 miembros confirmados de la parte socialista del Gabinete, nueve tienen militancia.
Sánchez no sólo batirá el récord de vicepresidencias al decidir contar con cuatro, sino también el de gobierno más numeroso con los 18 ministerios. Supera su propio Gabinete de 2018, formado por 16 ministros y una vicepresidenta, para hacer hueco a representantes de Unidas Podemos con el que ha pactado un Ejecutivo de coalición. Ahora prepara un equipo sólo por detrás de Adolfo Suárez, que llegó a contar con 21 ministros en el primer gobierno de 1979 y con 20 en 1989, aunque varios de ellos eran ministros sin cartera, sin un equipo detrás. Sumados a sus dos vicepresidencias y al propio Suárez, el Ejecutivo con el que se estrenó la democracia tenía 24 miembros.
El también socialista Felipe González llegó a tener 17 ministros en algún momento entre 1988 y 1990, pero sus equipos fueron casi siempre de 15 carteras y sólo contó con un vicepresidente. El siguiente presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, osciló ente los 12 y los 15 ministros, además de dos o tres vicepresidentes, según los años. No pasó nunca de los 18 componentes, incluido él como presidente. «
Francia y la edad mínima jubilatoria
El gobierno francés retiró «provisionalmente» la medida más polémica de su reforma de pensiones, que preveía retrasar de 62 a 64 años la edad mínima para cobrar una pensión plena, a fin de seguir negociando con los sindicatos, que volvieron a movilizar a miles de manifestantes en toda Francia. «Con el fin de demostrar mi confianza en los interlocutores sociales (…) estoy dispuesto a retirar del proyecto de ley la medida a corto plazo que había propuesto, que consiste en converger progresivamente a partir de 2022 hacia una edad de equilibrio de 64 años en 2027», escribió el primer ministro Edouard Philippe, en una carta dirigida a los sindicatos.
Este anuncio fue hecho en momentos en que decenas de miles de personas protestaban en toda Francia, por quinta vez en poco más de un mes, contra la reforma del sistema de pensiones, una de las promesas electorales más ambiciosas del presidente Emmanuel Macron. Unas 150 mil personas marcharon en París, en una jornada que tuvo choques con la policía. «¡Seguimos aquí!» y «¡Macron renuncia!», corearon los manifestantes. También hubo protestas en otras ciudades, entre ellas Marsella, Toulouse, Lyon y Nantes.