A los 42 años, Katia Sastre fue la séptima candidata del Partido Republicano para ser diputada regional de San Pablo, cámara que renovaba 70 escaños. Consiguió la banca, luego de que la hayan votado más de 263.000 ciudadanos. Hasta el 12 de mayo último era solamente una agente de la policía paulista.
Pero ese dìa se volvió una especie de rara heroína para una parte del pueblo brasileño. Fue en la vereda, frente a un colegio privado donde docentes, padres y alumnos estaban celebrando el Día de la Madre. Lo que sucedió fue que un hombre munido de una pistola, intentó asaltar a algunas de las personas que ingresaban en el colegio. Fue entonces cuando Sastre lo sorprendió con su arma y, vestida de civil, le disparó tres veces, a quemarropa, desde muy cerca.
Todo este episodio, que finalizó con la muerte del ladrón, quedó fielmente documentado en una cámara de seguridad. Las imàgenes no sólo reflejan el accionar de “gatillo fácil” de la policía, sino que ella utilizó este video en su campaña para llegar a ser diputada: en un primer momento, hablando a cámara y mostrando el suceso, le agregaba la frase “Disparé y dispararía de nuevo”. A los pocos días, la exhibición del video fue suspendida por la justicia electoral.
Las circunstancias del hecho, volvieron famosa a la policía. Más aún cuando unos días después del incidente, Sastre fue homenajeada por el gobernador de San Pablo, Márcio França, acompañado por el Secretario de la Seguridad Pública del Estado, Mágino Alves Barbosa Filho, y el nuevo comandante de la Policía Militar, Marcelo Vieira Salles. Fue felicitada y le regalaron un ramos de flores.
Por supuesto que este episodio y su resolución tiene una gran similitud con el caso
Chocobar, trascurrido en la Argentina. En diciembre del año pasado, un policía de Avellaneda, Luis Chocobar, mató a un delincuente por la espalda, en el barrio porteño de La Boca, vestido de civil y por defender a un turista estadounidense al que el ladrón había herido. Pocos días después, el agente fue recibido con elogios por el mismísimo presidente de la Nación, Mauricio Macri, a pesar de haber sido procesado. A los nueve meses retornó a su trabajo.
En el caso de la policía brasileña, sus acciones fueron analizadas utilizando el manual de entrenamiento policial de San Pablo y cuestionadas por acudir a la violencia como primer recurso. Aunque en el procesamiento se concluyó que Sastre siguió el procedimiento de los parámetros de entrenamiento. Claro que luego fue más allá y utilizó el video como propaganda electoral.
En definitiva, la resonante elección en primera vuelta que realizó este domingo el ‘ultra-derechista’ Jair Bolsonaro como candidato presidencial y el ascenso de Katia Sastre a diputada, no hacen otra cosa que reafirmar que buena parte de la sociedad brasileña celebra y ratifica la política de “mano dura”.