China nos quiere en los BRICS porque nuestra riqueza natural le resulta un tesoro del futuro: alimentos, minerales, energía. Las cadenas de suministro que abastecen a China ya pasan por Argentina, y esto recién empieza.
Según Sebastián Schultz, de la Universidad de La Plata, “China considera a Argentina como una importante potencia media emergente del Sur Global. Argentina ocupa el puesto 22 dentro del ranking de las mayores economías a nivel global y una posición geopolítica estratégica por su potencial acceso al paso bioceánico Atlántico-Pacífico y su proyección a la Antártida. También es miembro del G20 como el resto de los países BRICS. El reclamo argentino por la soberanía de las Islas Malvinas ha encontrado recepción en China, que comparte el trasfondo crítico hacia el colonialismo, el injerencismo extranjero y la demanda de respeto hacia la integridad territorial de las naciones. Es por ello que Argentina ha sido el país, por fuera de los cinco miembros del bloque, que más ha participado como invitado de sus cumbres de 2014, 2018 y 2022″.
En su rol de nuevo coloso, China no esconde su interés detrás de intervenciones para “preservar” la “democracia”, la “libertad “y los “Derechos Humanos”. Se expande con otro estilo, buscando ante todo su beneficio, pero admitiendo que otros países también ganen, y sin invadirlos militarmente, imponerles gobiernos títeres, ejecutando genocidios, ni colonizando culturalmente.
Sí usa su poder para negociar las reglas del juego internacional, proponiendo pasar de una globalidad unipolar a un esquema multipolar.
Para este juego, una de sus tácticas es utilizar organismos internacionales que patrocina. Uno de esos organismos es el BRICS, que concentra el 23 % del PIB y el 42 % de la población mundial y el año pasado tuvo un superávit comercial de 390.000 millones de dólares, con un crecimiento global superior a los países del G7.
El embajador de Sudáfrica ante los BRICS, Anil Sooklal, profetizó que en la cumbre del grupo en Johannesburgo, entre el 22 y el 24 de agosto, “el anuncio que estamos planeando, sobre la expansión de los BRICS va a marcar un cambio significativo en el orden global”. Una cantidad fluctuante pero múltiple de países se anotan para entrar al BRICS, y hay esperanzas de que Argentina esté entre los primeros en ser admitidos.
Como uno de los organismos con los que China está cambiando la forma del mundo, el BRICS va instrumentando una desactivación del dólar como moneda única mundial. Hace unas semanas se hablaba de una moneda común del grupo, ahora, de un mecanismo para el intercambio en monedas de los países miembros.
Cuando hace dos años, el empresario Gerardo Ferreyra propuso que China se hiciera cargo de la deuda que Argentina tiene con el FMI, porque nos convenía deberle a China ya que sus condiciones son mejores, la propuesta fue percibida como un disparate. Sin embargo, el mes pasado Argentina pagó al Fondo un vencimiento importante con yuanes. Es decir, los yuanes reemplazaron al dólar en una operación entre el monstruoso organismo financiero y el país al que le prestó la mayor suma de dinero. Puede ser un caso contingente, pero también un dato estructural. Cuando el ministro de Economía Sergio Massa fue a Beijing en junio, negoció una duplicación del swap con China. Esa ampliación (equivalente a 36.000 millones de dólares y 10.000 millones ejecutables) es la que permitió que se le pagara al FMI.
China quiere que Argentina entre en los BRICS también porque puede jugar un rol importante en su estrategia de multiplicar el uso de monedas en las transacciones internacionales.
Nos preguntamos qué quiere China; preguntarnos qué quiere Argentina no resulta más fácil de responder. La posibilidad de que Argentina integre el BRICS se planteó hace diez años, luego Macri desactivó el plan, pero el gobierno de Alberto Fernández tuvo gestos positivos en tal sentido. Argentina fue invitada por China a participar en la 14ª Cumbre de Líderes BRICS el año pasado, y expresó su deseo de unirse al grupo, en correspondencia con el presidente chino, que hablaba de la necesidad de expandirlo.
Podría ser que el apuro en la reunión en Sudáfrica tenga relación con las elecciones en nuestro país, considerando que si gana la oposición, los BRICS vuelven al freezer, según lo anunciaron sus candidatos ante la AmCham (cámara de comercio de Estados Unidos).
Sí, en cambio, Argentina decide entrar al club, los BRICS podrían llegar a definir el nuevo perfil de Argentina en el mundo, desde la plataforma del Sur-Sur que propugna China.
Después de todo, los chinos no están lejos de la definición que proponía Perón para la política internacional de Argentina en la IV Conferencia de Países No Alineados en Argelia en 1973: “defensa integral de la soberanía nacional en todo nuestro territorio y especialmente sobre la Antártida Argentina, las islas Malvinas y sus islas dependientes”; y “ejercicio pleno de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política como bases para asegurar a cada pueblo del mundo su propia felicidad, mediante la realización de la propia justicia y la propia libertad”.