A menos de un mes de dejar el cargo, el secretario de Estado de Barack Obama, John Kerry, instó hoy a líderes de Israel y de Palestina a que no abandonen la solución de dos Estados en 2017, cuando se cumplirán 50 años de la ocupación militar israelí, y terminó de desatar la ira del gobierno liderado por Benjamin Netanyahu tras años de tensión.
Kerry propuso seis principios para alcanzar un acuerdo de paz definitivo y explicó que éste debe «proveer fronteras seguras e internacionalmente reconocidas entre Israel y Palestina, la retirada de Israel de los territorios ocupados y el reconocimiento del Estado de Israel».
Además debe «proveer una solución real, estable y duradera para los refugiados palestinos, una solución integral, que reconozca su sufrimiento e incluya una compensación»; y al mismo tiempo «una solución acordada sobre Jerusalén» con «acceso irrestricto» a los lugares sagrados.
«Los temas de fondo del conflicto pueden ser resueltos, si existe liderazgo en ambos lados», concluyó Kerry, quien puso especial énfasis en condenar las colonias israelíes construidas en los territorios palestinos ocupados como uno de los principales obstáculos actuales para la paz.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, dio la bienvenida al discurso de Kerry, según anunció el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat.
«Abbas escuchó con gran interés el discurso del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, en el que éste subrayó su compromiso con una paz justa como opción estratégica», señaló Erekat a la agencia de noticias oficial Wafa.
El presidente palestino está convencido de la posibilidad de alcanzar «una solución justa, completa y duradera en base a la iniciativa de paz árabe (…) si se garantiza el fin completo de la ocupación y el establecimiento del Estado independiente de Palestina en las fronteras de 1967, con su capital en Jerusalén Este, viviendo en paz y seguridad al lado de Israel», agregó el líder de la OLP.
Desde la Franja de Gaza, el movimiento islamista palestino Hamas se mostró menos entusiasmo y sostuvo que el discurso de Kerry «no contiene nada nuevo» y «no altera en nada la política» de Washington, un análisis que los medios israelíes más moderados compartieron, aunque destacaron el énfasis político que le dio el secretario de Estado al tema.
En cambio, el gobierno israelí, el mismo que mantuvo una relación tensa y hasta distante con Obama durante sus dos mandatos, reaccionó sin disimular su enojo con el gobierno saliente de Estados Unidos.
«Durante cerca de una hora, Kerry habló de forma obsesiva sobre los asentamientos y apenas tocó las raíces del conflicto: la oposición palestina a un Estado judío cualquiera que sean sus fronteras», sentenció el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un comunicado, en referencia a las colonias israelíes construidas en territorio palestino ocupado y consideradas por la comunidad internacional como ilegales.
«Tal y como lo fue la resolución en el Consejo de Seguridad que Kerry promovió, su discurso ha sido sesgado contra Israel», sentenció Netanyahu, según la agencia de noticias EFE, al recordar el reciente texto aprobado por el órgano de la ONU, en el que se condenaron los asentamientos por considerarlos un obstáculo crucial a la solución de dos Estados.
Poco después, el premier israelí habló ante las cámaras y fue aún más duro, al calificar al discurso de Kerry como «un ataque contra Israel».
Por primera vez en estos últimos ocho años, el gobierno de Obama se abstuvo este mes en el Consejo de Seguridad de la ONU para permitir que una resolución contra Israel fuera aprobada. Lo hizo luego que el presidente electo, Donald Trump, pidiera públicamente que lo vetara.
Luego de calificar a la ONU como «un club de gente para reunirse, hablar y pasarla bien», Trump volvió hoy a salir en defensa del gobierno israelí de Netanyahu y a rechazar los inéditos intentos de Obama por encabezar la lucha internacional contra las colonias israelíes en Palestina, donde ya viven más de medio millón de personas.
«No podemos continuar dejando que traten a Israel con tamaña falta de respeto y desdén. Solían tener un gran amigo en Estados Unidos, pero ya no más. ¡El principio del fin fue el horrible acuerdo con Irán y ahora esto!», sentenció Trump en su Twitter, en referencia al acuerdo multilateral firmado por las principales potencias del mundo para detener el programa nuclear iraní.
«¡Mantente fuerte Israel, el 20 de enero llegará rápido», agregó el presidente electo y recordó la fecha en la que tomará las riendas de la Casa Blanca y la política exterior de la mayor potencia del mundo.
Durante su campaña electoral, Trump se presentó como un aliado incondicional del gobierno ultranacionalista de Netanyahu y, una vez ganadas las elecciones, prometió trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv y Jerusalén, una iniciativa inédita ya que ningún país reconoce esa simbólica y disputada ciudad como la capital de Israel hasta que se firme un acuerdo con los palestinos y se defina su estatus.
Al terminar su discurso de hoy, Kerry se refirió a esa promesa de Trump y dejó bien claro qué lo llevo a lanzar este mensaje, a menos de un mes de abandonar el poder:
«Ellos (por el próximo gobierno estadounidense) decidirán, pero nosotros no podemos no decir nada ni hacer nada».
El secretario de Estado de Obama se mantuvo firme en la misma política exterior que Estados Unidos viene sosteniendo desde los acuerdos de paz de Oslo, en los años 90, pero esta vez fue especialmente duro al condenar los asentamientos israelíes construidos, de forma gradual y continua en las últimas décadas, en los territorios palestinos ocupados.
«No es la resolución del Consejo de Seguridad la que pone en peligro a Israel, sino la política de colonización», sentenció Kerry y agregó: «Si Israel avanza por el camino de un sólo Estado, nunca tendrá paz con el mundo árabe».
El jefe de la diplomacia estadounidense hasta el 20 de enero también calificó al gobierno de Netanyahu como el gobierno más derechista de la historia de Israel por su determinación de seguir defendiendo y expandiendo las colonias, pese a que el derecho internacional prohíbe a la potencia ocupante trasladar a su población al territorio que ocupa por la fuerza.
El ministro de Educación y uno de los referentes del ala más dura del gobierno de Netanyahu, Naftali Bennet, dio una muestra más tarde de esta derechización de Tel Aviv al negar todo, inclusivo la ocupación de Palestina, en diálogo con la cadena de noticias CNN.
«No estamos ocupando territorio, nadie puede ocupar su propio hogar. Kerry habla de asentamientos… no son asentamientos, hemos estado aquí por miles de años y vamos a seguir aquí», sentenció el ministro.
Desde hace 50 años, la comunidad internacional en su conjunto sostienen que Jerusalén este, Cisjordania y la Franja de Gaza son territorios palestinos ocupados por Israel tras la llamada Guerra de los Seis Días y deberían ser parte de un futuro Estado palestino cuando se firme un acuerdo de paz definitivo.