El fundador de Wikileaks y ciberperiodista, Julian Assange, pidió a Carlos III que lo visite en la cárcel donde se encuentra desde 2019, mientras se resuelve su proceso de extradición a Estados Unidos, para que pueda así apreciar «un reino dentro de su reino», en una irónica misiva hecha pública un día antes de la coronación del monarca.
«Pensé que sería apropiado extenderle una cordial invitación para conmemorar esta trascendental ocasión visitando su propio reino dentro de un reino: la Prisión de Su Majestad Belmarsh», escribió el australiano de 51 años en el documento titulado «Una propuesta real».
«Sin duda recordará las sabias palabras de un renombrado dramaturgo: `La cualidad de la misericordia no se tensa. Cae como la suave lluvia del cielo sobre el lugar de abajo´», agrega Assange, que lleva desde 2010 en cautiverio en el Reino Unido pese a no haber sido condenado por ningún delito.
El hacker australiano fue arrestado en abril de 2019 en la embajada de Ecuador en Londres, donde ya había permanecido siete años tras pedir asilo político.
«Como preso político, retenido por placer de Su Majestad en nombre de un soberano extranjero, tengo el honor de residir dentro de los muros de esta institución de clase mundial» agrega la misiva subida a Internet y tuiteada por la esposa del periodista, Stella Assange.
«Qué delicia debe ser que un lugar tan estimado lleve su nombre», agrega Assange, que recuerda al monarca que con sus 687 «súbditos leales» (aludiendo a los presidiarios allí alojados), la cárcel de alta seguridad de Belmarsh «contribuye al récord que ostenta el Reino Unido como la nación con la mayor población carcelaria de la Europa occidental».
«Durante su visita -prosigue-, tendrá la oportunidad de deleitarse con las exquisiteces culinarias brindadas a sus fieles súbditos con un generoso presupuesto de 2 libras (2,52 dólares) por día».
También podrá saborear, continúa el programador, «las cabezas de atún trituradas y las variadas formas reconstituidas que al parecer son pollo» y que en Belmarsh -a diferencia de otras instituciones menores como Alcatraz o San Quintín (en Estados Unidos), no se comen en «ágapes comunitarios», ya que «los presos comen solos en sus celdas, lo que asegura una máxima intimidad».
El irónico texto también alude a las «oportunidades educativas» que ofrece el centro penitenciario, entre ellas las colas frecuentes en la ventanilla de medicamentos donde los reclusos van a buscar fármacos «no para el uso diario sino para salir de su confinamiento».
«También tendrá la oportunidad de presentar sus respetos a mi difunto amigo Manoel Santos, un hombre gay que se enfrentaba a la deportación al Brasil de (el ultraderechista presidente Jair) Bolsonaro», explica el hacker, recordando que Santos «se quitó la vida a solo ocho metros» de su celda «con una tosca cuerda hecha con sus sábanas. Su exquisita voz de tenor ahora silenciada para siempre».
Luego, en tono más incisivo, el texto señala que «uno puede realmente conocer la medida de una sociedad por la forma en que trata a sus prisioneros, y su reino seguramente se ha destacado en ese sentido».
El australiano concluye su texto implorando al monarca que visite la prisión de Su Majestad en Belmarsh, «porque es un honor digno de un rey. Al embarcarse en su reinado, recuerde siempre las palabras de la Biblia: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mateo 5:7). Y que la misericordia sea la luz que guíe su reino, tanto dentro como fuera de los muros de Belmarsh. Su más devoto servidor».
El sitio web fundado por Assange en 2006 -WikiLeaks- publicó en 2010 información confidencial filtrada de gobiernos y empresas, incluidos cables diplomáticos y documentos militares estadounidenses, especialmente en Irak y Afganistán.
En 2012, Assange, en ese momento estaba bajo arresto domiciliario en el Reino Unido, se refugió en la embajada de Ecuador en Londres para evitar ser extraditado a Suecia, donde enfrentaba acusaciones de violación, ahora prescritas.
El 11 de abril de 2019, Ecuador le retiró el asilo y la policía británica lo detuvo dentro de la embajada por haber violado su arresto domiciliario en 2012 mientras se tramitaba su posible extradición a Suecia.
Actualmente, se encuentra en la prisión de Belmarsh en Londres a la espera del final del proceso de extradición a Estados Unidos.
Puede ser condenado en Estados Unidos a 175 años de prisión si es hallado culpable.
Mañana, setenta años después de su madre la Reina Isabel, Carlos III será coronado en una ceremonia cargada tanto de tradición y simbolismo, como de críticas y protestas antimonárquicas.
Humberto Palottini
5 May 2023 - 14:08
NO CREO ,que un pais tan libre, tan democratico,tenga a alguien preso por GRITAR verdades