El alto costo de la tarifa de electricidad moviliza a los españoles contra la concentración y los abusos de las compañías proveedoras del servicio y la falta de regulación de parte del gobierno que, a la manera de funcionarios de otras partes del mundo, aseguró que para que bajen los precios tiene que llover. Los últimos aumentos registrados agrandan el rango de ciudadanos que sufren la pobreza energética, justo cuando una ola de frío azota España y a Europa, y en que la electricidad es la principal fuente de calefacción de los hogares.
Los aumentos comenzaron con los fríos más intensos y en la última semana las compañías fueron anunciando nuevas tarifas día tras día hasta batir un récord. La factura de la luz del mes de enero será la más cara de toda la historia, advirtió FACUA-Consumidores en Acción, una ONG de defensa de los derechos del consumidor. Así, el costo promedio de este mes por el período superará los 90 euros, una suma considerable si se tiene en cuenta que el salario promedio ronda los 1200, en un país donde además hay casi un 19% de desempleados y más del 26% de pobres, según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística.
La pobreza energética afecta al 11% de los hogares, un índice que se incrementó en un 4,5% desde la crisis económica en el país. Ese aumento creció a la par de las peticiones de ayuda que brindan los municipios por parte de los que no pueden pagar las facturas. En el caso de la eléctrica, subió un 70% en diez años, según FACUA. Por otro lado, los beneficiarios de un subsidio nacional específico para la luz creció en seis años más de un 20,3% en el caso de los pensionistas y familias en situación de desempleo. Un bono que, según los críticos, cubre solo el 25% de lo facturado, además de que hay hogares que no están cubiertos, como los monoparentales, y que faltan medidas directas para los casos electrodependientes. Según denuncian dirigentes de la oposición, ya hay españoles que no podrán pagar las tarifas, exponiéndose al corte del suministro.
Es una vergüenza que el gobierno no intervenga, porque esto hace mucho daño a los ciudadanos de nuestro país. A gente que padece pobreza energética, pero también a trabajadores, a estudiantes, a jubilados, a desempleados, a pequeños empresarios, no se puede consentir, señaló Pablo Iglesias, diputado y líder de Podemos, en una marcha que se realizó el viernes frente a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para reclamar su intervención en el conflicto.
Necesitamos un gobierno patriótico que entienda que poder encender la luz, tener calefacción, es un derecho y que las tarifas son abusivas, agregó Iglesias.
Días atrás, el presidente Mariano Rajoy aseguró que no pensaba tomar ninguna medida, pero confiaba en que la lluvia resolviera el problema, ya que el actual bajo nivel de los recursos hídricos afecta la generación de energía. «Está anunciado que va a llover y eso lógicamente dará lugar a una bajada», sostuvo. El presidente del conservador Partido Popular argumentó que el mercado español se vio afectado por el aumento de la demanda, la subida del precio del barril de petróleo de un 100% respecto del año anterior, y porque se exporta electricidad a Francia, debido a los problemas por el cierre de varias centrales nucleares. También influye el encarecimiento del precio del gas natural a nivel internacional. «Nos preocupa, pero en esta vida no todo depende del gobierno», dijo Rajoy, y prácticamente rezó por que lloviese, lo que le valió la crítica de los opositores. En vez de presidente parecería que tuviéramos un chamán que se encomienda a la danza de la lluvia, señaló Iñigo Errejón, de Podemos. Antonio Hernando, del PSOE, se declaró sorprendido de que Rajoy actuara como hombre del pronóstico más que como presidente. «