El general Benny Gantz, líder de la coalición Azul y Blanco y principal rival de Benjamín Netanyahu en las elecciones israelíes que se realizarán el próximo martes, se mostró confiado en que el estadounidense Donald Trump y el ruso Vladimir Putin no hagan campaña para que el actual primer ministro sea elegido por quinta vez en el cargo y que supere el record de David Ben Gurion, con 13 años en el poder.
Gantz, que en el contexto de estos días aparece como un moderado, hacía referencia en un reportaje al reciente reconocimiento del Golán sirio como parte de Israel, y al rescate de un sargento israelí muerto en Líbano en 1982, como gestos en favor del ultraderechista candidato del partido Likud.
En el mismo sentido podrían actuar el traslado de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén y la catarata de loas que recibió el actual primer ministro de parte de Jair Bolsonaro en su reciente visita a Israel. El brasileño enfatizó en sus discursos públicos que «Israel, comparado con Brasil, no tiene casi nada en tierras y recursos minerales, pero por encima de todo tiene fe. Y esa fe es la que ha transformado el país».
Justamente el pasado viernes, último día que se podían dar a conocer las encuestas electorales en Israel, la mayoría de las empresas que elaboraron sondeos le adjudicaban el triunfo más o menos ajustado a la coalición centrista Azul y Blanco, que encabeza el exjefe del Estado Mayor, Beni Gantz. Pero todas coincidían en un dato clave: no llegaría a tener suficiente margen para lograr formar una coalición de gobierno.
La alianza (el Yesh Atid, de Yair Lapid; Resiliencia, de Gantz; y Telem, de Moshé Yaalón), según los sondeos de última hora podría llegar a obtener entre 28 y 32 escaños. En tanto, el Likud, de Benjamín Netanyahu descendería su acumulación de bancas hasta las veintiséis.
El Parlamento israelí, tiene en total 120 bancas a cubrir, por lo que para lograr una mayoría con poder de decisión se requiere bastante más que una treintena de diputados. «