Mientras el coronavirus avanza sin tregua en la península ibérica, con más de 100 muertes en un día y el aumento del 18% en los casos positivos, el presidente español Pedro Sánchez habló ante un congreso casi vacío para defender su gestión de la crisis ante la oposición.
«Lo más duro está todavía por llegar, cuando nuestro sistema sanitario reciba el impacto del mayor número de personas contagiadas, cuando se prolonguen los días de aislamiento, cuando se manifiesten las consecuencias económicas» de la pandemia del nuevo coronavirus, dijo el mandatario socialista.
«Estoy pidiendo sacrificio, pero también unión (…). Nada es caprichoso sino que es lo que hay que hacer para salvar muchas vidas, para salvar muchas empresas, para salvar nuestra economía», señaló Sánchez, en una España en confinamiento casi total desde el sábado.
Sánchez concurrió al Congreso para explicar el decreto del estado de alarma que entró en vigor el sábado último que obligó al confinamiento casi total a 47 millones de españoles y las medidas económicas adoptadas en los últimos días, que significan una inyección de hasta 200.000 millones de euros en la economía.
El principal partido opositor, el conservador Partido Popular (PP), le transmitió su apoyo; los ultraderechistas de Vox criticaron duramente que no haya actuado con más celeridad y reclamaron dimisiones en el gobierno; mientras los independentistas catalanes reiteraron su pedido para que «endurezca el aislamiento».
«No puede ser que el gobierno progresista de España sea más tímido que el liberal de (el presidente francés) Emmanuel Macron», apuntó por su parte el ex Podemos Íñigo Errejón, líder de Más País, corriendo a Sánchez por izquierda.
España es el cuarto país con más casos en el mundo después de China, Corea del Sur e Italia y los contagios de Covid-19 aumentaron hasta 13.716 personas, mientras 558 fallecieron, según informó el Ministerio de Sanidad español.Sólo en las últimas 24 horas hubo 107 personas muertas y más de 2500 casos dieron positivo.
«Las medidas aprobadas buscan frenar la curva de contagio y reforzar la sanidad pública», afirmó Sánchez, quien defendió el rol clave del Estado en la batalla contra el virus, que cree que puede ser vencido en un horizonte de dos o tres meses.
El jefe del gobierno español admitió que «esta situación nos pone ante el espejo de muchas insuficiencias», de ahí que prometió que cuando pase la emergencia «impulsará una comisión de estudio» que analice con rigor la situación del sistema de sanidad público.
“El horizonte es vencer el virus y comenzar la reconstrucción», sostuvo y reclamó la «unidad política» para poder aprobar unos presupuestos del estado que calificó de «reconstrucción social y económica». «Una pandemia de estas características no distingue mapas, colores, ni ideas. Debe ser combatida por todos desde la unión y la responsabilidad colectiva», manifestó.