Cuatro policías murieron, varios resultaron heridos y ocho guardias penitenciarios fueron tomados como rehenes y luego liberados este martes en otra escalada de violencia en cárceles y calles de Ecuador vinculada a la disputa de poder de bandas de narcotraficantes y que llevó al presidente Guillermo Lasso a suspender su visita a Estados Unidos y disponer el estado de excepción en Guayaquil y Esmeraldas.
Organizaciones del narcotráfico perpetraron 12 ataques con explosivos y balas como presunta respuesta al traslado de presos de la cárcel Guayas 1 en el puerto de Guayaquil, uno de los principales escenarios de cruentas masacres entre reclusos que ya dejaron unos 400 muertos desde febrero de 2021.
«Hemos tenido reacciones» del «crimen organizado» en Guayaquil y en el puerto petrolero de Esmeraldas, dijo el ministro del Interior, Juan Zapata, en una conferencia de prensa ofrecida en Quito.
El funcionario rechazó lo que llamó «actos de violencia que lastimosamente el día de hoy empañan las filas policiales» y lamentó la «pérdida de dos servidores de la Policía» en Guayaquil.
Más tarde se informó de otro ataque con otros dos policías asesinados a balazos, esta vez en Durán. La agencia AFP habló de 5 muertos, pero no dio precisiones sobre la cuarta víctima.
Otro ataque contra una instalación policial, también de Guayaquil, dejó dos agentes heridos, añadió Zapata.
El organismo estatal que administra las prisiones, SNAI, reportó de su lado que «hay ocho servidores que están retenidos» en una penitenciaría de Esmeraldas.
En la rueda de prensa conjunta con el ministro del Interior, el comandante de la Policía, general Fausto Salinas, manifestó que cuatro custodios ya habían sido liberados, sin ofrecer detalles.
Dos supuestos guardias carcelarios con explosivos adheridos a sus cuerpos aparecían en un video divulgado por Twitter, en el que un preso denuncia «corrupción» en el manejo de las prisiones.
«Si quieren guerra, guerra van a tener», dice el hombre con su rostro cubierto. Y agrega: «les vamos a explotar a estos guías».
Con el apoyo de militares y policías, el SNAI trasladaba en principio a 200 presos de la cárcel guayaquileña Guayas 1 hacia otros reclusorios para realizar «reparaciones» previstas en los pabellones de celdas.
Esa situación derivó en la retención de guardias en Esmeraldas, de acuerdo con el preso del mismo video.
Ante los hechos de violencia, el presidente Lasso suspendió un viaje previsto a Estados Unidos.
«Cancelé el viaje planificado (del 2 al 6 de este mes) debido al momento crítico que vive nuestro país. Estamos reunidos para tomar acciones inmediatas en Guayaquil y Esmeraldas. Enfrentaremos la crisis con medidas duras dentro de la ley», expresó el gobernante en Twitter.
«El jefe de Estado continuará liderando la lucha frontal contra la amenaza que representa para el país el narcotráfico y las bandas organizadas», señala un comunicado de la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia.
El texto del Ejecutivo asegura que el Gobierno tiene «como prioridad» garantizar la paz a los ecuatorianos, por lo cual enfrenta de «manera frontal» este «grave problema heredado de gobiernos anteriores».
Horas después Lasso dio un discurso en el que Guillermo Lasso anunció su decisión de “actuar con dureza dentro del marco de la ley” y reveló el estado de excepción en Guayas y Esmeraldas y un toque de queda desde las 21 de hoy.
“Ya entendieron que no nos temblará la mano a la hora de responder como se debe. Y cuidado con apelar a los derechos humanos, para solapar la delincuencia”, advirtió Lasso en su mensaje, transmitido por radio y TV.
Para el mandatario, “es el momento de unirnos todos contra las mafias”. “¿Querían respuestas? Respuestas tendrán”, sentenció.
Consideró que los actos de sabotaje y terrorismo de la delincuencia organizada transnacional son “una declaratoria de guerra abierta contra el Estado de derecho, el Gobierno y contra todos los ciudadanos” y juzgó que los ataques muestran “claramente los límites que está dispuesta a traspasar”.
El Gobierno encaró un censo penitenciario que permitirá dar paso a los indultos para reducir la sobrepoblación carcelaria en alrededor de un 15%.
La guerra por el poder entre organizaciones narcos se extiende a las calles, donde la tasa de homicidios, que en 2021 casi se duplicó a 14 por cada 100.000 habitantes, creció a 18 entre enero y octubre de 2022.
Cifras oficiales indican que solo en el primer semestre del año hubo más de 2.000 asesinatos, de los cuales la tercera parte ocurrieron en Guayaquil, lo que implica un aumento de casi 100% en comparación con los primeros seis meses de 2021.