La plaza de los Tres Poderes de Brasilia volvió a ser escenario principal de las noticias como hace casi dos años atrás: el miércoles 13 un hombre detonó dos explosivos en una zona cercana a la Cámara de Diputados y el Tribunal Superior de Justicia de Brasil. El segundo estallido se cobró su propia vida frente a los guardias de seguridad que intentaban detenerlo. Según avanza la investigación de la Policía Federal de ese país, Francisco Wanderley Luiz había sido candidato a concejal por el Partido Liberal (PL), histórico bastión de Jair Messias Bolsonaro: su objetivo era asesinar al juez supremo Alexandre de Moraes.

Wanderley Luiz habría planeado con mucha anticipación su atentado. La presunción es que actuó solo, sin conspiradores ni ayudantes. Compró su arsenal de fuegos artificiales y artefactos explosivos el día 5 de noviembre, con gastos por casi 1500 reales. A partir del estudio de las cámaras de seguridad y cruces de datos, pudo conocerse que recorrió la zona del ataque horas antes de las 19:30 del miércoles, cuando las explosiones comenzaron a escucharse provenientes de su auto particular, cargado hasta los topes con fuegos artificiales. Después, Wanderley Luiz avanzó hacia la zona donde se encuentran las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia.

Según declaró su exesposa, el agresor estaba obsesionado con asesinar al ministro de la Corte Suprema, De Moraes. También su hijo declaró que se comunicó con él en horas previas al atentado y que Luiz había tenido un extraño tono de “despedida”, pero que logró interpretarlo recién horas después, con el hecho consumado en el que no hubo otras víctimas que él mismo.

Algo salió mal en el diseño de su accionar: falleció producto de una explosión con los artefactos con los que pensaba atentar contra uno de los jueces de la máxima instancia judicial de Brasil, De Moraes, quien tomó fuerte relevancia en el último año por su enfrentamiento con Elon Musk, el multimillonario sudafricano y principal impulsor de campaña de Donald Trump en EE UU, por la red social X, la que prohibió su funcionamiento durante semanas y sancionó a la empresa por maniobras antidemocráticas.

También es De Moraes el juez que encabeza la investigación sobre el ataque del 8 de enero de 2023 contra las instituciones de la democracia brasileña, cuando miles de partidarios de la ultraderecha invadieron los edificios de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Entre la militancia bolsonarista, el juez figura como un enemigo incluso más acérrimo que el propio presidente Lula.

La violencia política en Brasil resulta un fenómeno evidente y creciente, sobre todo desde aquel intento de golpe de estado del principio del actual gobierno. Las recientes elecciones municipales dejaron como resultado que los diferentes partidos y expresiones conservadores y de derecha siguen vivas y fuertes, aun cuando Bolsonaro se encuentre en retirada, rodeado por las causas judiciales que lo vinculan, entre muchos otros delitos, al intento de interrupción de la democracia tras perder en las presidenciales de 2022.