El designado canciller brasileño, Aloysio Nunes, asumirá el cargo mientras es investigado en la Operación Lava Jato pero también arrastrado por la nueva tormenta lanzada por la empresa Odebrecht, que reveló que entregó unos tres millones de dólares en forma ilegal para las arcas del candidato presidencial Aecio Neves en 2014, de quien el nuevo ministro de Relaciones Exteriores fue compañero de fórmula.
El presidente Michel Temer nombró canciller a su rival directo en las elecciones de 2014, al ex candidato a vicepresidente de Aecio Neves en la fórmula del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), fuerza que se alió a Temer y formó mayoría para destituir en juicio polílítico a Dilma Rousseff de la presidencia en agosto pasado.
La designación en el Palacio de Itamaraty de Nunes, que reemplaza al renunciante José Serra, citado en la Operación Lava Jato, ocurrió el mismo día en el cual Marcelo Odebrecht y Benedito Junior, ejecutivo de la constructora, contaron a la justicia electoral sus aportes de campaña, tanto legales como ilegales.
La política brasileña, según Odebrecht, estuvo irrigada por aportes de campañas ilegales en todos los partidos: por una denuncia del PSDB, el tribunal superior electoral investiga si la fórmula Dilma Roussseff-Michel Temer recibió donaciones que formen parte del «sobornoducto» nacido en coimas en Petrobras. Pero el tiro salió para todos lados, incluso complicando la situación de Temer como presidente y abrió un frente inesperado en el PSDB, el partido que denunció financiamiento ilegal a la campaña de Rousseff pero que ahora fue delatado por Odebrecht.
En caso de que el tribunal considere que Temer fue beneficiado por donaciones vinculadas a delitos de corrupción, podrá ser expulsado del cargo por el tribunal electoral. Detenido y condenado a 21 años de prisión, Marcelo Odebrecht dijo que en la campaña 2014 Aecio Neves le pidió 15 millones de reales (unos cinco millones de dólares) como colaboración.
El ex presidente de la Constructora Odebrecht, Benedito Junior, confirmó que fue él quien pagó tres millones de dólares al PSDB y al publicisita de la campaña de la fórmula Neves-Nunes. Parte de ese dinero fue para la campaña del senador Antonio Anastasia, ex gobernador de Minas Gerais, del PSDB, que fue el instructor del juicio político a Rousseff en la cámara alta. Marcelo Odebrecht, incluso, confirmó que participó de una cena con Temer en el Palacio do Jaburú en la cual el hoy jefe de gabinete, Eliseu Padilha, le pidió 3 millones de dólares para el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB).
En un comunicado, Neves no desmintió haberle pedido ayuda financiera a Odebrecht, aunque sí negó que existieran irregularidades en las donaciones de campaña. Marcelo Odebrecht también dijo que desde 2008 hasta 2014 aportó 50 millones de dólares a las campañas del Partido de los Trabajadores (PT) y relató pagos hechos por afuera del sistema al publicista de Rousseff.
La ex mandataria dijo que ella nunca pidió dinero y que la acusación contra ella era «mentirosa» y que sus cuentas de campaña, como las de Temer, fueron aprobadas en su momento. Con ayuda de parte del PSDB, la defensa de Temer intenta desde el año pasado -12 de mayo, cuando asumió en forma interina la presidencia- separar la recaudación de campaña de la de Rousseff, como parte de la nueva realidad. Sin embargo, el juez Herman Benjamín, del Superior Tribunal Electoral, apenas investiga las cuentas de la fórmula Rousseff-Temer y no las de Neves-Nunes.
La defensa de Rousseff dijo que Odebrecht «en ningún momento» vinculó las donaciones de campaña al PT con los sobornos del caso Petrobras. «No hubo ningún dinero de coima en la campaña de Dilma y Temer. Odebrecht lo dijo durante su testimonio», dijo el abogado de Rousseff, Flavio Caetano. La defensa de Temer, por su parte, expresó que el presidente «está tranquilo» porque reconoció la cena que mantuvo con Marcelo Odebrecht y aclaró que la donación al PMDB fue declarada.
Frente a esta realidad deberá prepararse el experimentado político y nuevo canciller -asumirá el martes-, el senador Nunes Ferreira. Contra él también existe una causa vinculada a la Operación Lava Jato en el Supremo Tribunal Federal, la máxima corte, que lo investiga debido a que un corruptor confeso, Ricardo Pessoa, dueño de la constructora UTC, dijo que fue obligado a donar unos 100.000 dólares a la campaña del futuro canciller para su campaña a senador por San Pablo en 2010.
Nunes rechaza las acusaciones y el caso está bajo secreto de sumario, a pedido del fiscal general, Rodrigo Janot, en el Superior Tribunal Federal. El senador fue un ferviente defensor del juicio político a Rousseff y es uno de los responsables de la alianza del PSDB con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer. Ex integrante de la Alianza Libertadora Nacional (ALN), el grupo del legendario guerrillero bahiano Carlos Marighella que enfrentó en San Pablo a la dictadura militar, Nunes se exilió desde 1968 hasta 1979 en Francia.
Con el tiempo, calificó como un error haber participado de la lucha armada y se colocó en la centroderecha del escenario político, hasta mostrar ahora un perfil liberal en lo económico como principal espada para las medidas de ajuste de Temer dentro del PSDB. También fue secretario general de la Presidencia del gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) y ganó relevancia al ser electo senador de San Pablo en 2010 por el PSDB.
Eso le permitió ganarse un lugar como candidato a vicepresidente en la fórmula con Aécio Neves, derrotados por Rousseff en 2014. Como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Nunes cobijó a la oposición venezolana que llegaba a Brasil a denunciar al gobierno de Nicolás Maduro y en los últimos meses apostó por la derrota de Donald Trump en Estados Unidos, en la misma línea que su antecesor, el también socialdemócrata Serra. Así, Temer continúa manteniendo a un político sin carrera diplomática al frente del Palacio de Itamaraty.