En punto de las 12:00 de la noche de este lunes termina el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, el hombre que marcó la vida política de México en lo que va de este siglo. El dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) será reemplazado por Claudia Sheinbaum Pardo, una doctora en física que fue jefa de gobierno en la Ciudad de México (el segundo cargo político más importante del país) y que arrasó en las elecciones del 2 de junio pasado, con más de 35 millones de votos (59% de los sufragios emitidos). Será la persona con mayor número de votos en llegar a la presidencia del país y la primera presidenta de México en más de 200 años de vida independiente.
López Obrador, más conocido como AMLO, deja el cargo después de una extraordinaria carrera que culmina con un apabullante dominio de la política en México y que ha dejado en la lona sus principales rivales políticos. En poco menos de 13 años de historia, Morena logró gobernar 24 de los 32 estados del país, tener mayoría calificada (más de dos tercios) en ambas cámaras del Congreso y dominar más del 30% de los 2,459 municipios del país, un fenómeno político que no se había visto en décadas y que coloca a Sheinbaum Pardo como la jefa del ejecutivo federal con mayor legitimidad probablemente desde la revolución mexicana de 1910.
AMLO también se va con una aprobación de 73% según una reciente encuesta de De las Heras Demotecnia, un hecho inusual en este país donde los presidentes terminan sus mandatos de seis años con índices de aprobación bajísimos. De acuerdo con la encuesta, un 82% de los consultados considera que México «vivió una transformación» con el presidente y de ese universo, un 89% estima que fue una transformación «para bien».
«Quienes estudian la última parte del siglo 20 y la primera mitad del siglo 21 en la política de México necesariamente van a tener que estudiarlo a través de su figura», dice el Gustavo Toris Guevara, maestro en historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). «No entendemos la vida política de este país en los últimos 25 años, si no incorporamos esta figura», afirma el historiador a Tiempo.
«Andrés Manuel López Obrador es el personaje político más importante de la vida política mexicana en este siglo. Lo que ha ocurrido en México en ese lapso en materia de decisiones públicas ha sido alrededor, en contra o a favor de él», escribió Roberto Zamarripa, un periodista y antiguo dirigente del Partido Comunista de México que ahora dirige el periódico Reforma, uno de los más acérrimos críticos del mandatario mexicano.
AMLO ha dicho que se va al rancho que heredó de sus padres en Palenque, una pequeña localidad en medio de la selva del estado de Chiapas, en el sur del país, que se retirará de la militancia política, que no recibirá a ningún actor político a excepción de la presidenta Sheinbaum, si ésta se lo pide, y que ni siquiera leerá los diarios nacionales. DIjo que se va con la satisfacción de haber cumplido con uno de sus principales lemas políticos: «por el bien de todos primero los pobres».
De acuerdo con el último reporte del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval), organismo que emite informes cada dos años, cinco millones de mexicanos lograron superar la línea de la pobreza del 2018, cuando inició el gobierno de AMLO, al 2022. Conforme a este reporte, 36.3% de la población mexicana, unos 46.8 millones de personas, estaba en situación de pobreza en 2022. De ellos, 7,1% o 9.1 millones estaban en situación de pobreza extrema.El Banco Mundial calculó en un informe publicado en abril pasado que hasta 9.5 millones de personas podrían haber superado la línea de pobreza en la gestión de López Obrador.
«Era la pobreza estúpidos», dijo el economista Gerardo Esquivel, un ex subgobernador del Banco de México, en un artículo publicado en el diario Milenio en el que destacó que la reducción de la pobreza ha sido la clave en el éxito del gobierno.
Y es que en la administración obradorista el salario mínimo aumentó más de 130%, las remesas de los migrantes mexicanos en Estados Unidos llegaron a máximos históricos con más de 60.000 millones de dólares enviados el año pasado y se repartieron miles de millones de pesos en diferentes programas sociales que han beneficiado desde adultos mayores hasta jóvenes sin estudios ni empleo, campesinos, madres solteras y otros sectores vulnerables. Tan solo el programa de Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, el programa estrella del gobierno, ha beneficiado a 12.2 millones de personas.
AMLO cerró su gobierno con una polémica reforma constitucional que cambia la estructura del Poder Judicial de manera que los 1.700 jueces, magistrados y ministros del país, incluidos los de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sean electos mediante voto popular.
Se trata de una reforma que el propio presidente ha dicho que tiene el objetivo del limpiar el último reducto del estado tomado por «el conservadurismo», pero que ha sido criticada con dureza no solo por la los partidos opositores y el sector empresarial, sino también por organismos como la Relatora especial de las Naciones Unidas para la independencia judicial y también por el embajador de Estados Unidos en el País, Ken Salazar.
Los críticos han dicho que la reforma destruye al poder judicial y con ello, los últimos controles y equilibrios que evitaban que el país cayera en una ‘tiranía’. «El régimen ha destruido el entramado legal e institucional acumulado durante dos siglos», escribió Enrique Krauze, una de las voces más escuchadas por la derecha, y que ha llegado al extremo de decir que México se enfila a una «monarquía».
De cualquier manera, AMLO volvió a ganar la batalla y la reforma fue aprobada y publicada en el diario oficial el pasado 15 de septiembre, la fecha en que México festeja el inicio de la guerra de independencia. Ahora tocará a Sheinbaum su implementación.
«A pesar de ser el peor orador de este país, ha tenido una enorme habilidad política de comunicación social y creo que eso es parte de la de la incomprensión que viene desde la derecha», dice Toris Guevara.
«Una cosa que sí habría que reconocerle al gobierno es la enorme eficacia que ha tenido para ponerse a sí mismo en un lugar en la historia y cómo ir construyendo desde el principio, cómo tendríamos que leerlo históricamente», agrega.
Desde el inicio de su gobierno, AMLO ofreció una conferencia de prensa matutina en la que abordó todo tipo de temas y fijó la agenda nacional, en un ejercicio en el que cada día se libró una batallar por la narrativa y usualmente resultó vencedor.
«AMLO logra la hazaña de modificar el pensamiento de millones que creyeron en sus dichos y acompañaron sus obras. Dispensan, sin duda, el reguero de narcoviolencia y disfrutan y conviven con la batalla diaria contra los adversarios. La anulación opositora es, sin duda, uno de los logros políticos de su causa. El juicio histórico está por verse», escribe Zamarripa.
El pleito con la corona española se coló en el estreno de la presidencia
Claudia Sheinbaum inicia su gobierno con un conflicto con la corona española heredado del gobierno de AMLO. Y es que este miércoles invitó a la ceremonia a Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, no así al rey Felipe VI. En respuesta a esa omisión, Sánchez rechazó asistir a la ceremonia. «Detrás de todo esto lo que hay es una enorme tristeza porque dos países hermanos, dos pueblos hermanos, por el interés político determinado de alguno, que no podamos tener las mejores relaciones políticas», afirmó Sánchez en una conferencia de prensa en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
En una carta difundida el miércoles, Sheinbaum explicó que la decisión se debió a que ni el gobierno ni la casa real de España respondieron a una carta enviada por AMLO en marzo de 2019 en la que hacía el planteamiento de pedir disculpas por los abusos y las atrocidades cometidas durante la conquista de México y los 300 años de colonia.
«Para el gobierno que encabezaré, el reconocimiento de los pueblos indígenas es un tema fundamental en el avance de la transformación de nuestra vida pública, pues justamente ahí está la raíz de la grandeza cultural de México», escribió Sheinbaum. A este cruce se sumaron las declaraciones de López Obrador, quien acusó Sánchez de faltarle al respeto a la presidenta electa al sugerir que la decisión de no invitar al rey Felipe VI fue de él.
El presidente de España «está diciendo o sugiere que la decisión de no invitar al monarca español (…) fue una cuestión política», dijo en su última conferencia matutina. «Sí, claro que fue una situación política. ¿De qué otra índole va a ser una decisión así? Pues tiene que ser política; nada más que está insinuando que fue una decisión que yo tomé, como si la presidenta de México fuese manipulable, es una falta de respeto adicional», afirmó López Obrador.