La comisión de gestión que maneja el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tras la renuncia, o desplazamiento, del ex secretario general Pedro Sánchez, tendrá 21 días a partir de mañana para convencer a sus militantes y decidir si se abstiene en una votación parlamentaria para permitir la investidura de Mariano Rajoy.
El 31 de octubre es la fecha límite para la disolución de las Cortes y el consiguiente llamado a elecciones en diciembre, que se convertirían en los terceros comicios en 12 meses, después de los de diciembre de 2015 y junio pasado. El líder del Partido Popular y actual presidente en funciones tendrá, a partir del momento en que los socialistas adopten formalmente esa decisión, menos de diez días para ser investido en el Congreso.
Por el momento, tanto Rajoy como Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE, se desviven por aclarar posiciones cruzadas de sus respectivos partidos y dar la sensación de que buscan destrabar el entuerto.
El conservador aseguró esta semana que no pondrá condiciones al PSOE para negociar un acuerdo de investidura e insistió en que unas terceras elecciones generales sería un «disparate». «No voy a poner ninguna condición», dijo Rajoy, después de que trascendiera que el PP estaba exigiendo a los socialistas un acuerdo de mínima que incluyera un compromiso con respecto a los próximos presupuestos del Estado.
Rajoy insistió en que su prioridad sigue siendo formar un gobierno de coalición o llegar a un pacto con el PSOE que incluya grandes asuntos de gobierno como la unidad territorial, techo de gasto, Estado de bienestar y, si no, lograr al menos que los socialistas «nos dejen gobernar».
Por su parte, Fernández se preocupó en anunciar que llamó al presidente en funciones con la intención de «aclarar» una serie de «declaraciones cruzadas» que se produjeron sobre la posición del PP. «Convenía aclararlo y por eso le llamé y hablamos», señaló.
Fernández le comunicó a Rajoy que lo que va a decidir el PSOE es si evita unas terceras elecciones con su investidura, pero no le va a otorgar una estabilidad. Eso, según Fernández, tendrá que buscarlo Rajoy «día a día», tal y como «corresponde a un gobierno en minoría, como cada uno tenemos que hacer».
El líder interino del PSOE no contempla la posibilidad de que ninguno de los diputados socialistas en el Congreso vote de forma diferente de lo acordado en el Comité Federal del partido acerca de su posición en una hipotética investidura de Rajoy: «Yo estoy convencido de que seguirá la disciplina que ha habido siempre en el PSOE y que asuman la posición que planteemos el conjunto de miembros del Comité Federal».
Sin embargo, el líder del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), Miquel Iceta, avisó el viernes que los socialistas catalanes votarán en contra de una eventual investidura de Rajoy, postura que no supondría «romper nada», sino ser «coherentes» con la posición que decidió el PSOE en su día y que confía que mantendrá.
Recalcó que le «cuesta pensar» que el PSOE decida dar «un giro de 180 grados en una posición política sobre un tema tan importante. Es un escenario que no contemplo». «Nosotros seríamos coherentes con lo que el PSOE tiene aprobado al día de hoy. Y que yo sepa, esa posición del PSOE ni se ha modificado ni está previsto modificarla», insistió. «Pedimos al PSOE que mantenga una posición y decimos que, si desea modificarla, convendría que consultara a la militancia».
Claro que Iceta, como para agregar aun más incertidumbre al panorama político español, tiene que enfrentar el 15 una peleada interna con la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet y vicesecretaria del PSC, Núria Parlon.
El panorama cambia día a día y todo parece estar servido para que Mariano Rajoy continúe al frente del gobierno español, sólo hace falta que los interesados en mantener el statu quo cuiden las formas para no hacer tan notorio que están cómodos en sus posiciones actuales. «
«Hay posibilidad de reinventar la democracia»
La falta de democracia de los partidos se refleja en «la capacidad que tienen las cúpulas para decidir quién va y quién no va en las listas, la opacidad a la hora de establecer cuáles son sus fondos, las vinculaciones que tienen con empresas y bancos o cómo se desoye la voz de la militancia cuando es crítica», explicó Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos, durante una visita a Montevideo tras su paso por Buenos Aires, donde visitó la redacción de Tiempo (ver número anterior).
Para el cientista político, la crisis del PSOE, que terminó con la dimisión de su secretario general Pedro Sánchez, se originó porque existen dos posturas sobre si el partido debería abstenerse para dejar gobernar al conservador Partido Popular de Mariano Rajoy o no.
Si el PSOE se abstiene en la investidura a Rajoy, entregaría el poder al PP. Pero si España no forma gobierno antes del 31 de octubre, se convocarían unas terceras elecciones.
Sin embargo, Monedero considera que no se va a producir esa tercera cita electoral, «no porque no sea probable, sino porque no quiere el sistema», observó. Además, añadió, hay sectores del PSOE que «están dispuestos a entregar el poder a Rajoy y presuponen que desde la oposición podrían reconstruir el partido y convertirse en alternativa de gobierno, pero ese es un mal análisis», indicó. Según Monedero, en ese escenario el PP quedaría como el gran defensor de las políticas de ajuste y tendría en la oposición a Podemos. En ese contexto de clarificación, continuó, «existe la posibilidad de reinventar la democracia en España, y desde España al resto de Europa».