El yerno del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y una de las figuras consideradas hoy como más influyentes de su círculo íntimo, Jared Kushner, es parte de una fundación familiar que, en los últimos años, ha donado decenas de miles de dólares a colonias israelíes en territorio palestino ocupado.

Las colonias que Israel construye o deja construir en los territorios palestinos ocupados de Cisjordania y Jerusalén este son considerados ilegales para la mayoría de la comunidad internacional, incluida la ONU y Estados Unidos, el más fiel aliado de Tel Aviv en el mundo.

De hecho, la continua expansión de las colonias israelíes en estos territorios ocupados fue uno de los puntos que desató, una y otra vez, la tensión entre el gobierno saliente de Barack Obama y el de su socio israelí, Benjamin Netanyahu.

Kushner, el esposo de la hija mimada de Trump, Ivanka, y una de las figuras consideradas como más influyentes en esta etapa de transición del poder, se sienta, junto a su hermano y sus dos hermanas, en el directorio de la fundación que lleva el nombre de sus padres: Charles y Seryl Kushner.

Desde ese asiento, tuvo que aprobar las donación de miles de dólares que la fundación giró a escuelas religiosas y otras organizaciones israelíes con sede en colonias construidas dentro de la ocupada Cisjordania, según informó ayer el diario israelí Haaretz utilizando como evidencia los libros contables de la fundación entre 2010 y 2014.

Según el diario israelí, la fundación de la familia del yerno del presidente electo de Estados Unidos donó 20.000 dólares a la asociación caritativa Amigos Estadounidenses de la Yeshiva de Beit El en 2013.

Beit El es una colonia israelí ubicada a pocos kilómetros al norte de Ramallah, la sede del gobierno palestino en Cisjordania, y su yeshiva (escuela religiosa) es considerada una institución ortodoxa y nacionalista.

En Israel está línea de pensamiento religioso y político defiende la ocupación y anexión de toda Cisjordania, un territorio que consideran fue dado por Dios al pueblo judío.

El presidente de la asociación Amigos Estadounidenses de la Yeshiva de Beit El, cuya sede se encuentra en el estado de Nueva York, es David Friedman, un hombre que trabajó como abogado de los negocios inmobiliarios de Trump durante los últimos 15 años y que muchos medios ya describen como un asesor del presidente electo para temas relacionados con Israel.

Según Haaretz, Friedman inclusive ya le comunicó a su ex jefe su interés de ser embajador de Estados Unidos ante Israel.

El diario israelí también destacó que la fundación de los Kushner donó entre 5.000 y 10.000 dólares en 2012 y 2013 a distintas instituciones educativas, religiosas y no religiosas, ubicadas en Gush Etzion, un bloque de varias colonias, que se expandió en los últimos años entre Jerusalén este y las afueras de la ciudad palestina de Belén.

«En los últimos años, los colonos acumularon poder en el gobierno israelí y pusieron al país rumbo a una pesadilla de estado único y ocupación permanente», declaró a Haaretz Jeremy Ben-Ami, presidente de J Street, una de las principales organizaciones judías que rechazan la ocupación.

Ben-Ami advirtió que debería ser un motivo de «profundo temor» para los estadounidenses que entienden que «el futuro, la seguridad, la democracia y la naturaleza judía de Israel dependen de la solución de dos estados» -un Estado israelí al lado de uno palestino- el que «los amigos del movimiento de colonos estén a punto de hacer lo mismo» en la Casa Blanca.

Una semana después de ganar las elecciones, el futuro jefe de gabinete de Trump y actual presidente del Partido Republicano, Reince Priebus, aseguró a la televisión que «obviamente el yerno (de Trump) estará muy involucrado en el proceso de toma de decisiones» del nuevo período político que se inauguró en la superpotencia el 8 de noviembre pasado.