Luego de que el exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, fuera beneficiado con un nuevo habeas corpus que le permitiría salir de prisión, el gobierno derechista de Guillermo Lasso emitió un comunicado rechazando esa medida por razones administrativas y asegurando que «no permitirá la corrupción en el Ecuador».
«El país necesita recuperar la justicia, pilar fundamental de la convivencia en democracia», tuiteó Lasso junto a una imagen del comunicado que hace referencia a una medida tomada por la justicia el viernes pasado.
La resolución fue emitida por el juez Rubén Molina de la ciudad de Portoviejo (suroeste) para otro preso, pero «la hizo extensiva a favor» de Daniel Salcedo, también sentenciado por corrupción, y del propio Glas. Desde Revolución Ciudadana, espacio político que conduce el expresidente Rafael Correa, exigieron el cumplimiento de las medidas ordenadas y cuestionaron la falta de independencia de poderes.
Desde la secretaría de General de Comunicación de presidencia se advirtió que la resolución judicial fue extendida «sin que ellos (Glas y Salcedo) hayan presentado la acción». Agregó que la decisión del juez «apareció, repentinamente, en el Sistema Automático de Trámite Judicial Ecuatoriano, SATJE, el día de hoy», por el lunes.
El gobierno rechazó la nueva decisión judicial y advirtió irregularidades en el proceso. En su argumentación ni la Procuraduría General del Estado ni el organismo encargado de administrar las prisiones fueron convocados a la audiencia.
«Las instituciones del Estado ecuatoriano interpondrán los recursos legales correspondientes y no tomarán ninguna decisión de excarcelación de ciudadano alguno que atente contra el ordenamiento jurídico y contribuya a la anarquía judicial a la que intentan llevarnos algunos jueces», señaló la secretaría de Comunicación.
Glas, quien fue vicepresidente de Correa entre 2013 y 2017 y de Lenin Moreno, acusado de traicionar el proyecto popular de su antecesor, recibió un habeas corpus el 10 de abril pasado que le permitió salir en libertad condicional, pero este fue revocado por la justicia ecuatoriana casi un mes después por la apelación del poder Ejecutivo.
Tras declararse nula la decisión, el exfuncionario fue trasladado a una prisión en Quito para cumplir su sentencia de seis años de prisión por recibir millonarias coimas de Odebrecht.
Glas también fue condenado a ocho años de reclusión por pedir sobornos a empresarios a cambio de contratos con el Estado en el caso denominado «Sobornos 2012-2016», en el que también fue sentenciado en ausencia Correa (2007-2017), causas que el correísmo y varios sectores políticos de la región consideran maniobras persecutorias en el marco del lawfare.