El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este miércoles que Brasil y Argentina «van a caminar juntos en direcciones diferentes» respecto de gobiernos anteriores, en un mensaje por Twitter dirigido a su colega Mauricio Macri.

«Gracias por sus palabras, Presidente. Sin duda Brasil y Argentina van a caminar juntos en direcciones diferentes a las pasadas por los últimos gobiernos. ¡Un gran abrazo!», dice el tuit del flamante mandatario brasileño.

Ambos tienen previsto encontrarse en Brasilia el miércoles 16, luego de que la Argentina enviara ayer a la asunción de Bolsonaro al canciller Jorge Faurie.

Macri felicitó también por las redes a Bolsonaro por haber asumido la presidencia del principal socio comercial de la Argentina y cofundador del Mercosur.

«Quiero enviarle mis mejores deseos a Jair Bolsonaro en el día que asume como presidente de Brasil, país amigo y hermano. Confío en que nuestros gobiernos seguirán colaborando para la prosperidad de nuestros pueblos», señaló ayer Macri en un mensaje.

Por ora parte, Bolsonaro recibió al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y le prometió que la época en que «los brasileños elegían a presidentes, que por alguna razón, eran enemigos» de Washington terminó. 

«Es todo lo contrario: somos amigos», acotó Bolsonaro frente a la prensa y el jefe de la diplomacia estadounidense le devolvió el gesto: «Estoy muy contento de que la relación entre nuestros dos países están al borde de comenzar a desarrollarse». 

Además de pronosticarle una muy buena relación bilateral, el flamante presidente brasileño le hizo una promesa política concreta al funcionario estadounidense, según informaron medios locales: Brasilia abandonará el pacto mundial sobre migración, que el anterior gobierno de Michel Temer firmó en Marruecos hace apenas unas semanas. 

El pacto sobre migraciones es un proyecto que impulsa hace un tiempo el secretario general de la ONU, António Gueterres, para enfrentar de manera humana los crecientes flujos de desplazados, refugiados y migrantes económicos que se trasladan en todos los continentes en búsqueda de un mejor futuro.
 
Uno de los primeros gobiernos que se negó a adherir al pacto fue el estadounidense de Donald Trump, al que se sumaron muchos otros aliados de Washington, que también defendieron una posición nacionalista de fronteras cada vez más cerradas. 
Otro punto en común que tienen ahora los gobiernos de Estados Unidos y Brasil es la oposición a las autoridades de Cuba, Nicaragua y Venezuela. 

Ya en su reunión con el flamante canciller brasileño, Ernesto Araújo, Pompeo había destacado que ambos países trabajarán «juntos contra esos regímenes autoritarios donde las personas tienen dificultades para expresar sus opiniones». 

Aún hay muchas dudas sobre cómo será la política exterior del gobierno de Bolsonaro; sin embargo, hoy el mandatario dio un primer indicio al recibir en el Palacio del Planalto a los enviados de Estados Unidos y China, sus dos principales socios comerciales, a la asunción presidencial de ayer.

Además de Pompeo, Bolsonaro se reunió a solas con Ji Bingxuan, el vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional y enviado especial del líder chino, Xi Jinping.

En la actualidad, China supera por poco a Estados Unidos como principal socio comercial de Brasil.