Se vota en Venezuela: son elecciones que serán determinantes para su futuro, pero también para nuestra región. La buena nueva noticia es la participación de la inmensa mayoría de las fuerzas opositoras, en un marco político que aporta mucho a la necesidad de que los venezolanos resuelvan sus problemas por su propia cuenta, sin injerencias extranjeras ni tutelajes inadmisibles.
Este marco de pluralidad de opciones electorales no se daba desde el año 2015 en aquellas elecciones de la Asamblea Nacional, donde la Mesa de Unidad Democrática (MUD) se impuso al chavismo por 56% a 41%, pero en vez de cumplir la tarea para la que se los había elegido, inmediatamente después de asumidos, quien entonces fuera el Jefe de la Asamblea, Henry Ramos Allup, declaró que lo fundamental de su gestión seria destruir a Nicolás Maduro. Por ende casi todas las acciones fueron en un sentido desestabilizador, deteriorando la frágil situación institucional del país, y hundiendo en la pobreza a millones de venezolanos y venezolanas ya sometidos por un bloqueo ilógico e inhumano promovido contra el país.
Esas acciones incluyeron revocar la elección donde fue elegido presidente Nicolás Maduro, una enmienda constitucional para achicar su mandato, un juicio político que no prosperó, protestas violentas en varias ocasiones donde murieron centenares de venezolanos y la proclamación de un absurdo gobierno paralelo que pidió la invasión militar extranjera del país cuando, en aquel enero del 2019, Guaidó se autoproclamó como “presidente encargado”.
Lamentablemente, en un error inadmisible para defender la democracia en el país, EE UU y la UE, al compás de Macri y Piñera, reconocieron como “legitimo” ese gobierno inexistente. La consecuencia: el sufrimiento de niños, hombres, mujeres y ancianos, impidiendo el ingreso de medicamentos, alimentos, insumos para la industria.
Ya en 2017 una parte de la oposición había participado en las elecciones regionales obteniendo victorias en 5 de los 23 Estados. Con ese antecedente y en vista del fracaso que tuvieron las acciones destituyentes para desplazar a Maduro, la inmensa mayoría de la oposición, excepto la que propone la intervención militar externa, confluyó a la Mesa de Diálogo constituida recientemente en México con la mediación del Reino de Noruega, en una agenda de siete puntos, entre los que figuran «derechos políticos, garantías electorales y cronograma electoral», «levantamiento de las sanciones», «respeto al estado de derecho», «convivencia política y social» y «garantías de implementación y seguimiento» de los acuerdos que se alcancen. De esos encuentros, surgió la participación de casi todas las fuerzas políticas en estas regionales.
En este camino se acordó la constitución de un nuevo Consejo Nacional Electoral con representantes de todos los sectores y es el que está guiando el proceso. No se conoce ninguna denuncia de proscripción ni de potencial fraude, participan aquellos que en el pasado abonaron acciones destituyentes y hoy felizmente se reincorporan al debate democrático. El caso de los excandidatos presidenciales Henrique Capriles y Henry Falcón se destaca en las listas opositoras.
Habrá presencia de misiones electorales de la UE, la ONU, el Centro Carter y el Observatorio de la Democracia del PARLASUR, que tendrá una participación comprometida con una amplia y plural delegación como en las elecciones de Bolivia, Perú, Brasil, Chile, Ecuador y Paraguay. En nuestra convicción de que lo que suceda este domingo determinará la posibilidad del mejoramiento sustantivo de la situación política e institucional de la República Bolivariana de Venezuela, el fin del injusto bloqueo, la regularización de relaciones diplomáticas y comerciales, y la posibilidad de integración de nuestro país hermano a los diferentes órganos regionales multilaterales, nos enfrentamos a un desafío que nos llena de esperanza.