En el siglo 20, los gobiernos militares nacionalistas y desarrollistas de Juan Velasco Alvarado y de Guillermo Rodríguez Lara fueron el punto de inflexión entre la recuperación estatal de la propiedad de recursos naturales estratégicos por parte de Perú y Ecuador y la creación de las condiciones sociales y culturales para la vuelta en 1979 a la democracia política, en el túnel de espejos que es la historia de ambos países.
En Ecuador Jaime Roldós Aguilera fue el primer presidente democráticamente electo. Inauguró un ciclo de estabilidad institucional que se prolongó desde 1979 hasta 2001. La caída de Jamil Mahuad inició un ciclo de inestabilidad institucional que se prolongó hasta el 2007.
En Perú, la establidad institucional con gobiernos civiles se mantuvo hasta la vacancia de Pedro Pablo Kucinski, impulsada por Keiko Fujimori que pensaba que sería electa en las elecciones adelantadas que ganó un desconocido maestro de escuela primaria de nombre Pedro Castillo. El antifujimorismo fue mas fuerte que lo que Keiko suponía.
El triunfo y la posterior vacancia de Castillo ha prolongado la inestabilidad institucional que Keiko inició hace siete años con la vacancia de Kucinski
Jorge Nieto Montesinos, ex ministro en el gobierno de Kucinski, no aceptó la propuesta de Boluarte de ser primer ministro y pidió, en el huracán de la crisis, dialogar con los manifestantes en lugar de reprimirlos violentamente al costo de decenas de muertos.
Según el intelectual – político, el desafío histórico de la democracia peruana es aprender a coexistir sin romper la estabilidad institucional con “gobiernos divididos” donde el ejecutivo y el legislativo no sean de la misma tendencia ideopolítica.
Hoy los reclamos populares han superado la demanda por la restitución de Castillo. Piden el cierre de Congreso, la renuncia de Boluarte y la sustitución de la Constitución que dejó el fujimorato. En el túnel que comparten los vecinos andinos hay un nuevo espejo. En Ecuador también el rechazo a la Asamblea supera el 90% , el apoyo al Presidente Guillermo Lasso es ínfimo y se reclama un cambio institucional.
Las elecciones seccionales del 5 de febrero y los resultados del referendum propuesto por Lasso han mostrado un debilitamiento general de la calidad de la democracia ecuatoriana y han resultado un golpe para la centro-derecha ecuatoriana y un importante fortalecimiento de Partido Revolución Ciudadana que lidera el ex presidente Rafael Correa, y de Pachakutic, brazo político del movimiento indígena, que ha obtenido alcaldías y prefecturas en la sierra central y el oriente.
La calidad de la democracia ha caído sensiblemente desde las propias campañas reducidas al tiktok de todos los candidatos , en lugar de confrontación de programas , propuestas y estrategias.
Un estudio de la consultora Cedatos demuestra que los candidatos de todos los partidos y organizaciones conocen poco de los reales problemas que enfrenta la población que aspiran a gobernar.
La baja calidad de la democracia también lo muestra la fracasada consulta propuesta por Lasso. No había una sola pregunta sobre la política económica denunciada por Jaime Nebot como manchesteriana y sobre la corrupción en las empresas públicas denunciadas cuidadosamente en el ”Informe Verdesosto”
El resultado cualitativamente más importante es el triunfo del No en una consulta con preguntas hechas para que nadie pudiera decir No. La sabiduría popular captó la trampa del gobierno y votó No mayoritariamente. La respuesta es contundente : nada que me proponga el gobierno de Lasso puede ser avalado.
Según filtraciones de Focus Groups hechos por la embajada de Estados Unidos los ecuatorianos muestran en aplastante mayoría un rechazo a la incapacidad y falta de sensibilidad social de la clase política ecuatoriana, sin distingos de ideologías y posiciónes partidarias.
Hay un nuevo espejo en el túnel de la historia que comparte Ecuador y Perú. La inacción del gobierno de Lasso que en materia económica y social le da aspirinas a un enfermo que requiere antibióticos y cirugías. Y el desprestigio de la Asamblea pueden impulsar estallidos sociales semejantes a los que ocurren en Perú desde Diciembre.
En un país territorial y demográficamente más pequeño, los efectos de esos reclamos policlasistas y multiideológicos pueden ser mayores y amenazar la existencia del Estado y la cohesión de la nación ecuatoriana. Como dice un poema de Patricio Falconí Almeida: «Más tarde no pidas disculpas al cadáver .Será muy tarde para explicarle nada”.