Cada día Estados Unidos da muestras de una decadencia institucional y política que la transforma de considerarse “la gran democracia de Occidente” a ser una simple república bananera. Las últimas: el actual presidente, Joe Biden, indultó a su hijo Robert Hunter porque, dice ahora, lo vio “procesado de manera selectiva e injusta”. El hombre que lo reemplazará el 20 de enero, Donald Trump, con varios procesos judiciales sobre su espalda pero el paraguas de un sistema judicial que ahora juega a su favor, prometió que impondrá aranceles del 100% a los productos de países BRICS que no comercien en dólares. O sea.

Biden Jr fue un problema para la administración demócrata incluso desde que Biden Senior llegó a la Casa Blanca, en 2021. Sucede que Trump apretó a Volodimir Zelenski para que la justicia ucraniana imputara a Hunter por sus negociados en una empresa de energía, Burisma, donde ocupaba un sillón en el directorio desde el golpe institucional de febrero de 2014 en Kiev. Esa iniciativa de Trump fue causal para el primer juicio político en su contra, abierto sin éxito por la oposición demócrata en septiembre de 2019.

La revancha de los republicanos ni siquiera llegó a la instancia de un impeachment, pero hizo ruido, en diciembre pasado.

Las causas contra el hijo presidencial no se ceñían solo sobre sus “habilidades comerciales”, quizás en el fondo un tema ese más de tipo ético que legal. También había un rosario de cuestiones relativas a evasión impositiva, haber mentido para obtener el permiso de posesión de un arma de fuego, entre otras minucias.

Al principio de la campaña 2024, y cuando todavía Biden aspiraba a cuatro años más en el Salón Oval, proliferaron en los tribunales zancadillas de ambos partidos.

Las urnas marcaron la diferencia luego. Y los jueces que tenían en la mira al empresario inmobiliario, decidieron cajonear sus asuntos hasta nuevo aviso. En todos los tribunales del mundo se cuecen habas. Se entiende entonces la maniobra de Biden. Es que cuando todavía era candidato a la presidencia y se postulaba para representar al “honestismo” promedio de la ciudadanía, juró que nunca iba a indultar a Hunter porque no quería interferir en otro poder constitucional como es el Judicial. Pero ahora que su partido ni siquiera tiene el control de las cámaras legislativas y la Corte está en manos de conservadores, descubrió que los jueces no le garantizan la inmunidad al muchacho, de 54 años y un díscolo pasado.

La «absolución» llegó a través de un documento de la Casa Blanca en el que se deshace en disculpas ante quienes le creyeron antes. “La política ha infectado este proceso y ha conducido a un error judicial», dice. «Espero que los estadounidenses comprendan por qué un padre y un presidente tomarían esta decisión», puntualizó.

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— Carlos Montero (@CMonteroOficial) December 2, 2024

No es el primer presidente que antes de irse “perdona” a gente de su entorno o parientes. Lo hizo Gerald Ford con su predecesor Richard Nixon en 1974. Trump, antes de dejar el cargo en 2021, indultó a 143 personas, entre ellas a su mentor ultraconservador, Steve Bannon, a su exjefe de campaña presidencial, Paul Manafort -también con negocios en Ucrania- y a su consuegro Charles Kushner, a quien ahora nominó para ocupar la embajada en Francia. En la lista estaba el “rey de los bonos basura”, Michael Milken, a quien Javier Milei le tiene tanta estima como para haber asistido en mayo pasado a una cumbre en su Instituto, donde afirmó que “Argentina tiene todas las condiciones para ser la nueva meca de Occidente”.

Trump, que se encargó de cuestionar ahora el indulto de Biden, en un mensaje promovido por su hijo Donald Jr., había lanzado desde su red Truth una amenaza contra los países que más le van a traer dolores de cabeza en su gestión, como era de imaginarse. Los BRICS, a los que Argentina renunció ni bien asumió el paleolibertario vernáculo.

“La idea de que los países BRICS están tratando de alejarse del dólar mientras nosotros nos quedamos de brazos cruzados y observamos ha TERMINADO. Exigimos que estos países se comprometan a no crear una nueva moneda BRICS ni a respaldar ninguna otra moneda que sustituya al poderoso dólar estadounidense, o se enfrentarán a aranceles del 100% y deberían esperar decir adiós a las ventas a la maravillosa economía estadounidense. ¡Que se busquen otro “tonto”! No hay ninguna posibilidad de que los BRICS sustituyan al dólar estadounidense en el comercio internacional, y cualquier país que lo intente debería decir adiós a Estados Unidos”.

Si bien China es el principal objetivo de Estados Unidos porque es el rival más poderoso pera destronar su hegemonía, el grupo que integra el gigante asiático con Brasil, Rusia, India, Sudáfrica, Etiopía, Irán, Egipto y Emiratos Árabes Unidos ya dejó atrás al PBI, mídaselo como se lo mida, del G7 y va por más. La forma de seguir creciendo, saben, es romper con la dependencia de la moneda estadounidense para las transacciones internacionales. Por otro lado, el dólar viene perdiendo presencia en gran medida debido a las sanciones con las que EEUU y la UE pretendieron doblegar a Rusia por la guerra en Ucrania. Una de las cuales es haber incautado unos 300.000 millones de dólares en activos en bancos europeos.