La mortal violencia que ejerce el gobierno de facto de Jeanine Añez en Bolivia sobre las manifestaciones populares que la enfrentan abrió una fisura en el respaldo cerrado que hasta ahora había recibido desde Estados Unidos.
En un comunicado del Departamento de Estado de EEUU girado este jueves, su titular, Michael Pompeo, salió a despegarse de las acciones represivas de los militares y policías que responden al gobierno golpista de Añez.
“Apoyamos con fuerza la libertad de prensa y las asambleas pacíficas y las protestas. La violencia, la represión y la intimidación política no tienen lugar en una democracia. Hacemos un llamado a todas las partes para que se abstengan de esa violencia, observen el estado de derecho y respeten los derechos de todos los ciudadanos a participar en la construcción del futuro de Bolivia, cualesquiera que sean sus puntos de vista. Los servicios de seguridad deben respetar los derechos de los manifestantes pacíficos, y las autoridades bolivianas deben garantizar la responsabilidad por cualquier violación del derecho de los ciudadanos”, señaló el comunicado oficial estadounidense.
Washington no había realizado hasta el momento exigencias al gobierno de Añez. Una semana atrás, el presidente de EEUU, Donald Trump, expresó su satisfacción con los militares golpistas, aseguró que con la salida de Evo Morales del gobierno “se preserva la democracia” y advirtió a los gobiernos de Nicaragua, Venezuela y Cuba que esta modalidad de golpe cívico-militar se podía aplicar contra ellos.
La nueva declaración de EEUU, con todo, expone la continua injerencia de la potencia del Norte en los asuntos internos bolivianos. Además de expresar su “apoyo” al “gobierno de transición” de Añez, Pompeo se manifiesta a favor de una futura elección presidencial con proscriptos. “Aquellos que participaron en las atroces irregularidades y la manipulación de los votos en las defectuosas elecciones del 20 de octubre deben, por el bien de Bolivia, hacerse a un lado y dejar que los bolivianos reconstruyan sus instituciones”, dice la declaración.
También apunta a la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, a la que hace un “llamado” para que “apoye los esfuerzos para sentar un nuevo Tribunal Supremo Electoral”.
Los 35 integrantes del TSE que dirigió las elecciones presidenciales del 20 de octubre se encuentran detenidos, acusados de cometer fraude.