Joe Biden se reunió con los primeros ministros de India, Japón y Australia en otra jugada que tiende a ampliar una alianza destinada a la contención de China en la región Indo-Pacífico. El encuentro sucede a una semana del anuncio de la creación de AUKUS, la entente entre EE UU, el Reino Unido y Australia que ya generó rechazos de Beijing y Moscú a los que se agregó el gobierno francés, que había cerrado un contrato para le venta de media docena de submarinos nucleares que ahora le birlaron los estadounidenses.
Desde la Casa Blanca, el australiano Scott Morrison y el japonés Yoshihide Suga señalaron que el objetivo del encuentro era promover «una región del Indo-Pacífico libre y abierta». Narendra Modi, el otro socio de la jugada, celebró los «valores democráticos compartidos» que asegura que comparte el cuarteto. «Somos cuatro democracias de primer nivel, con una larga historia de cooperación, sabemos cómo hacer avanzar las cosas», se sumó Biden.
El mandatario estadounidense mantuvo un contacto telefónico esta semana con su par galo, Emmanuel Macron, en el marco de la irritación que causó el anuncio del AUKUS, que contempla que la provisión de submarinos para Australia corre por cuenta de fabricantes de Estados Unidos.
El tono de la charla, afirmaron fuentes diplomáticas de ambos países, “fue amistoso” y coincidieron en que “las consultas abiertas entre aliados habrían evitado esta situación”. Desde París se quejaron del maltrato, y llegaron a calificar de “puñalada por la espalda” al anuncio. Pero el margen de autonomía de Francia no es grande, y ya había mostrado su interés en participar del gran tablero regional en un encuentro que organizó en Bagdad al que asistieron jefes de gobierno de los países árabes para tratar la nueva situación tras el retiro de Occidente de Afganistán. Por lo que ocurrió, parece que a la Casa Blanca no le cayó del todo bien y lo hizo saber de un modo lapidario, creando un club selecto del que dejó afuera a los descendientes de Asterix. «