El jueves fue el último día para difundir encuestas previas al balotaje del próximo domingo en Ecuador y las tendencias marcaban un empate técnico entre Daniel Noboa y Luisa González, con una ligera ventaja a favor del empresario hijo del tres veces derrotado candidato a presidente, Álvaro Noboa; además de un alto porcentaje de indecisos. Frente al resultado incierto, y más allá de que ambos candidatos se adjudican el triunfo, las propuestas que encarnan uno y otra para completar hasta 2025 el período que dejará vacante el presidente Guillermo Lasso no son nuevas para los ecuatorianos, con excepción de que ambos disputan la magistratura por primera vez. Noboa, candidato de la Alianza Democrática Nacional, proviene del sector empresarial de derecha, al igual que el exbanquero Lasso, saliente por su decisión de declarar la “muerte cruzada” como escape a la crisis de su gobierno. González representa a una fuerza, la Revolución Ciudadana, que gobernó el país por diez años de la mano de Rafael Correa, y que además de apuntar al bienestar de las clases populares y a poner al Estado al servicio de la soberanía y el pueblo, produjo profundas transformaciones, entre ellas la sanción de una nueva Constitución. La misma que permitió a Lasso salir airoso de un inminente juicio político convocando a elecciones anticipadas para el Ejecutivo y Legislativo.
Los distintos posicionamientos se fueron haciendo visibles a lo largo de la campaña y se remarcaron en el último debate televisado, del domingo pasado. Mientras González propone incrementar el gasto público en salud y educación y reponer programas de asistencia que regían durante el mandato de Correa y fueron eliminados, su rival se declara partidario de la “disciplina fiscal” y la “optimización” del gasto público. González asegura estar comprometida con la justicia social y la defensa de los Derechos Humanos, mientras que Noboa proclama la libertad de empresa, aunque aclara, cree en “la responsabilidad social, el cuidado del medioambiente y el respeto a los Derechos Humanos básicos”. En esa línea, Noboa ha venido buscando instalar una mirada acorde a los tiempos. Como asambleísta votó a favor de las amnistías a los manifestantes del estallido de 2019, dijo que velará por los derechos de la comunidad LGBTI y no se pronunció sobre el aborto, tema largamente discutido en Ecuador. Contrariamente y a pesar de su posición más progresista, González está en contra, fundamentalmente por su arraigo con la iglesia evangélica.
González, de 45 años, ganó la primera vuelta con 34%, seguida de Noboa, de 35 años e hijo de uno de los hombres más ricos de Ecuador, que obtuvo 23%, lo que fue sorpresivo.. Las mediciones de los últimos días le auguran ahora un porcentaje que varía desde el 36 al 39 por ciento, hasta el 53%, según la que le otorga la mayor intención de voto. En todos los escenarios medidos supera a González por apenas décimas. La incertidumbre se completa con el alto número de indecisos y votos nulos, que oscila entre 15 y 20 por ciento.
En lo que han coincidido los candidatos es en la “mano dura” al crimen organizado, cuyas acciones vienen azotando al país con mayor intensidad en el último año. Ambos denunciaron ser amenazados, luego que fuera asesinado un candidato, Fernando Villavicencio. De hecho, el presidente debió interrumpir un viaje personal para regresar al país luego de que se conociera la muerte durante disturbios en la cárcel de Guayaquil de seis detenidos por aquel magnicidio.