Nadie se aburre en la residencia de Mar-a-Lago, Florida, una vez que Donald Trump fue reelecto presidente de los Estados Unidos. Desde festicholas con las derechas planetarias más diversas, hasta reuniones más serias y formales de cara al nuevo gobierno. En el bunker del magnate se apresta el regreso republicano al gobierno. Y entre tanto, alguna mesa bien servida funciona como excusa. Como la del anfitrión y el presidente de Meta (Facebook, Instagram, Whatsapp) Mark Zuckerberg. Todo más que amable en un intento de seguir reparando una relación tumultuosa en el pasado, pero que se vuelve más que necesaria para ambos.

Y hablando de relaciones amistosas y no tanto, Trump (desde su propia red, Truth Social) ratificó la vieja postura proteccionista de imponer un arancel del 25% a la totalidad de las importaciones desde México y Canadá y, del mismo modo, que incrementará en un 10% los cargos a los productos importados de China. No se puede decir que sólo sean promesas o bravuconadas. Siempre habló de las «ridículas fronteras abiertas», así como justifica su lucha contra los «extranjeros ilegales» y el «crimen y las drogas» que cruzan la frontera.

Las reacciones no se hicieron esperar. El problema es uno de los primeros y principales para el flamante gobierno de Claudia Sheinbaum, quien replicó que jamás hubo un planteamiento de cerrar la frontera en sus conversaciones con Trump desde que el magnate ganó las elecciones y relanzó su cruzada por la «guerra arancelaria». Un mensaje que debe entenderse es la negativa sobre la instalación de una automotriz china en México, lo que enturbiaría el tratado tripartito de Libre comercio, también firmado por Canadá. «Cada quien tiene su manera de comunicar”, fue lo más filoso que aseveró Sheinbaum y ratificó: «Las caravanas migrantes ya no llegan a la frontera gracias a la nueva política migratoria mexicana».

Mientras, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, tomó un vuelo a Florida y luego se trasladó a West Palm Beach, donde se cambió de pilcha para ir a cenar con Trump. No se filtró qué comieron. Sí que la conversación tuvo en consideración que en 2023 más de 3/4 de las exportaciones canadienses (unos u$s 423.000 millones) se realizan a EEUU, lo que encadena unos dos millones de puestos de trabajo para canadienses. La posibilidad de que el Canadá implemente nuevos gravámenes a EEUU no parece ser una amenaza seria.

Claro que el principal enemigo que vislumbra es el chino. Aunque algunos analistas, por caso Hal Brands, profesor de asuntos globales en la Escuela Johns Hopkins, discriminan entre la preocupación del presidente electo por el desafío económico del gigante asiático, mientras que muchos de sus futuros funcionarios, entre ellos los del Consejo de Seguridad y los departamentos de Estado y Defensa, ponen sus atenciones en desafíos militares y de seguridad. Por el contrario, los amigos también accionan. La jueza federal del Distrito de Columbia Tanya Chutkan cerró el caso contra Trump por injerencia electoral y el asalto al Capitolio de 2021, a partir de un pedido concreto del fiscal Jack Smith. El argumento es sintomático: Trump venció en las elecciones y la «normativa del departamento de Justicia le impide procesar a un presidente en ejercicio». También pidió la desestimación en otro caso que protagonizó el expresidente: el mal manejo de documentos confidenciales tras su salida del Gobierno en 2021. En fin.