Washington, Estados Unidos
Miembros de un destacamento militar asignado a la protección del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, fueron relevados de sus cargos tras haber sido señalados de llevar mujeres a su hotel durante una reciente misión en América Latina, dijo un responsable de Defensa a un medio estadounidense.
El incidente ocurrió en el marco de una gira que Pence hizo hace solo unos días por Colombia, Argentina, Chile y Panamá, aunque no trascendió en cuál país se produjeron los hechos. Algunas versiones indican que fue en Colombia, otras que la fiesta de sexo se habría producido en Panamá.
Según la estadounidense NBC News, el equipo de Pence supo de lo ocurrido al ver un video de seguridad en el que los hombres, todos militares de alto nivel, aparecen llevando a las mujeres hacia un área de seguridad.
Este es el último escándalo que golpea a oficiales de seguridad de Estados Unidos mientras cumplían funciones en América Latina: en 2015, agentes de la oficina antidrogas (DEA) fueron descubiertos cuando asistían a orgías con prostitutas en Colombia y, tres años antes, miembros del Servicio Secreto contrataron trabajadoras sexuales durante una misión de trabajo en el mismo país.
No fueron registradas cuando entraron, pero «no hay ninguna indicación hasta este punto de que las mujeres que fueron llevadas al hotel eran prostitutas», dijeron no obstante oficiales citados en el reporte de NBC.
«Estamos al tanto del incidente y actualmente está en investigación», dijo a la AFP el mayor Adrian Rankine-Galloway, portavoz del departamento de Defensa.
«Podemos confirmar que los individuos en cuestión fueron reasignados de nuevo en el ejército», añadió.
NBC detalló que uno de los militares pertenecía a la fuerza aérea.
En 2015, el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió una severa advertencia a sus empleados en la que les decía que no debían solicitar prostitutas incluso si se encontraban de misión en países o regiones donde hacerlo es legal o tolerado.
Eric Holder, entonces secretario de Justicia, dijo que pagar prostitutas «amenaza el núcleo de la misión» del departamento porque puede llevar a extorsiones y chantajes e incluso puede apoyar a redes de tráfico de personas.