La referencia al comunismo que había sido eliminada en el primer borrador de la nueva Constitución cubana, cuyo texto final debe votar la Asamblea Nacional de la isla, volvió a ser incluida en el proyecto, después de que más de 1800 cubanos lo solicitaran. Sin embargo, fue excluido el artículo que admitía de hecho el matrimonio homosexual.
El diputado por Holguín, Yusuam Palacios, reveló que la palabra comunismo se incluyó en el preámbulo de la Carta Magna bajo la afirmación «solo en el socialismo y en el comunismo el ser humano alcanza su dignidad plena», indicó el diario estatal Granma.
En la Constitución vigente, que es de 1976, el término aparece en el artículo 5, que establece que «el Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista».
Esa referencia final no aparecía en el borrador final del nuevo texto, cuya reinclusión presenta, para el diputado Palacios, «una lectura revolucionaria y coherente” con lo que los cubanos vienen defendiendo”.
Con la reaparición de esta referencia al comunismo y la exclusión del artículo que abría las puertas a las uniones homosexuales al modificar la definición de matrimonio que aparece en la actual Carta Magna, quedan fuera dos de las principales novedades que aparecían inicialmente en el borrador de la nueva Constitución cubana.
Los cubanos hicieron más de 783 mil propuestas de modificación al texto aprobado por el Parlamento en julio y luego sometido a debate popular. Es un hecho inédito: los ciudadanos empujaron la modificación del proyecto, rubricado por el PCC y redactado por una comisión parlamentaria liderada por Castro y su sucesor Díaz-Canel. Del total de 224 artículos propuestos, se modifican 134 y se eliminan tres.
El artículo mas polémico y debatido fue el 68, que allanaba el terreno para el matrimonio homosexual. La Comisión decidió dejar fuera del borrador el concepto de matrimonio como «unión entre dos personas» que iba a remplazar el vigente en la Carta Magna de 1976, «unión entre un hombre y una mujer». Tras escuchar a los ciudadanos, en su mayoría contrarios a ese cambio, se estableció el matrimonio como una institución social y jurídica, dejando en manos del Código de Familia los demás detalles, que además deberán someterse a referendo en dos años.
«Ya me parecía a mí que el 68 era demasiado, era un objeto anacrónico en una Constitución todavía no tan adelantada. Ahora nos harán el mismo relato de que el pueblo no estaba preparado para esto cuando en realidad el único que está preparado para todo es el pueblo», ironizó el abogado Julio Antonio Fernández.
Los principales oponentes al cambio fueron las iglesias cristianas, cuyos representantes habían advertido que votarían en contra del proyecto constitucional si se alteraba el concepto «original» de familia.