Por cuarta noche consecutiva, la ciudad estadounidense de Kenosha, en el estado de Wisconsin, fue escenario de protestas contra la violencia policial y el racismo luego de que un policía blanco le disparar 7 veces a un joven negro el fin de semana.
A pesar del toque de queda que rigió durante toda la noche, una multitud realizó una marcha pacífica en el céntrico Parque Cívico, punto focal de las manifestaciones que se celebran desde el domingo.
Las manifestaciones se mostraban con menor convocatoria, aunque con gran tensión, y sin enfrentamientos directos con la policía o con grupos de extremistas blancos armados.
El miércoles, un joven de 17 años fue arrestado acusado de homicidio intencional en primer grado, luego de la difusión de varios videos que lo muestran disparando en medio de una calle de Kenosha con un rifle semiautomático contra las personas que salieron a protestar.
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«Acabo de matar a alguien», dijo Kyle Rittenhouse, luego del tiroteo que dejó además una tercera persona herida, informó el diario local Kenosha News en su edición digital. El joven fue parte de una “milicia” de civiles blancos armados que salieron en los últimos días a “patrullar” las calles de Kenosha.
Según testigos e imágenes de video, la policía al parecer dejó que el joven que había disparado pasara por delante de ellos con el rifle al hombro y no lo detuvo pese a que la gente le pedía a gritos que lo arrestara porque había tirado contra manifestantes.
Las marchas se iniciaron el domingo luego de que policías hirieran de gravedad a Jacob Blake, de 29 años, en un incidente que también fue captado en video por un testigo con su teléfono celular.
En la grabación se ve a policías disparar a quemarropa varias veces por la espalda contra Blake cuando intentaba subir a su camioneta. en un nuevo episodio de violencia policial que recordó el crimen de afroestadounidense George Floyd que en mayo desató una ola de protestas contra el racismo.
En la noche del miércoles, durante la tercera jornada de la Convención Republicana, el vicepresidente Mike Pence defendió la actuación policial en Kenosha y dijo, en tono de campaña, que los líderes demócratas están permitiendo que la anarquía prevalezca en ciudades de «costa a costa».
«El pueblo estadounidense sabe que no tenemos que elegir entre apoyar la aplicación de la ley y apoyar a los vecinos afroamericanos para mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades y pueblos», dijo Pence, citado por medios locales.
También atacó al candidato presidencial demócrata Joe Biden por decir que hay un «sesgo implícito» contra las minorías y «racismo sistémico» en Estados Unidos.
«La dura verdad es que no estarás seguro en el Estados Unidos de Joe Biden», dijo Pence y concluyó que «la violencia debe detenerse, ya sea en Minneapolis, Portland o Kenosha».
La campaña de Trump sostiene que las protestas contra la brutalidad policial y el racismo que se dieron desde la muerte de Floyd son una campaña de la extrema izquierda. Biden, por su parte se mostró en las antípodas: “Una vez más, la policía disparó a un hombre negro, Jacob Blake. Frente a sus hijos. Me enferma», tuiteó y agregó: «¿Es este el país que queremos ser? La violencia innecesaria no nos curará. Necesitamos poner fin a la violencia y unirnos pacíficamente para exigir justicia”, agregó.
El miércoles, tres días después del tiroteo, las autoridades estatales identificaron al oficial que disparó contra Blake como Rusten Sheskey, un agente con siete años en el Departamento de Policía de Kenosha.
Sheskey disparó a Blake mientras sostenía su camisa después de que los oficiales usaron por primera vez una Taser sin éxito, explicó el Departamento de Justicia de Wisconsin.
Los agentes estatales luego recuperaron un cuchillo del piso del lado del conductor del vehículo, informó el departamento.
El caso generó la suspensión de partidos de la NBA, NFL y otras ligas profesionales a partir del boicot declarado por varios jugadores en repudio a la violencia policial.