Con la renuncia del primer ministro italiano Giuseppe Conte, el presidente Sergio Mattarella se convirtió ahora en el principal protagonista de la crisis política originada hace diez días por la salida del Gobierno de la fuerza Italia Viva y el fin de la mayoría en el Parlamento, y tiene en sus manos las posibles soluciones que definirán el futuro del país.
A partir de ahora, Mattarella operará como garante de la ya formalizada crisis política en el país y marcará los tiempos para la formación del nuevo Gobierno.
Según anunció el secretario general de la Presidencia Ugo Zampetti en una declaración a la prensa, el mandatario iniciará mañana a la tarde una serie de consultas políticas con los distintos grupos parlamentarios del país para evaluar sus expectativas y la cantidad de votos que cada fuerza tiene a disposición para formar un nuevo Gobierno.
Mattarella iniciará las reuniones este con la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati, y una hora después con el titular de Diputados, Roberto Fico. El jueves, Mattarella recibirá al grupo Parlamentario «Para las Autonomías», luego de los representantes de los denominados grupos mixtos de ambas cámaras; por la tarde, le tocará al oficialista Libres e Iguales y luego finalizará con Italia Viva y el Partido Democrática. El viernes, también a la tarde, Mattarella cerrará la ronda de consultas con los representantes de la oposición, Hermanos de Italia, Liga y Fuerza Italia, que lo visitarán juntos; y terminará una hora después con el Movimiento Cinco Estrellas, anunció hoy un comunicado de Presidencia.
Tras las consultas, Mattarella puede decidir si da un encargo formal o explorativo a Conte o a otra figura para que averigüen si alguno logra reunir las mayorías necesarias para obtener el voto de confianza del Parlamento y empezar así un nuevo Gobierno.
Ese escenario podría derivar en tres situaciones: primero, un tercer Gobierno de Conte, como aspira el premier renunciante; segundo, en la aparición de un nuevo primer ministro al frente de la misma coalición actual de centroizquierda; y tercero, en un representante de la oposición de centroderecha que reclama la oportunidad de formar un nuevo Gobierno.
Si quien recibe el mandato explorativo logra confirmar el apoyo de las dos Cámaras, Mattarella confiere entonces un encargo formal para la formación del Gobierno y habilita a que el premier designado presente un equipo de ministros antes de ir a buscar de forma definitiva el voto de confianza en el Parlamento.
Si luego de las consultas políticas Mattarella constata que ninguna figura está en condiciones de lograr una mayoría en el Parlamento, el presidente puede decidir la disolución del congreso, elegido en las elecciones del 4 de marzo de 2018 por un período de cinco años, y convocar de manera anticipada a nuevos comicios que desbloqueen la situación.
En todos los escenarios, el Gobierno actual, conocido como «Conte bis», queda de forma interina a cargo del Poder Ejecutivo para ocuparse de los asuntos del día a día de la administración, según le pidió este martes Mattarella al premier renunciante.