Shalva Papuashvili fue reelegido como presidente del Parlamento de Georgia este lunes con el apoyo de un total de 88 diputados, según la información en el sitio web oficial del organismo. La asamblea legislativa también aceptó las credenciales de los diputados de la 11ª convocatoria en el país euroasiático.
Pero la conformación de la legislatura tiene visos de un enfrentamiento institucional como el que padece Venezuela desde hace décadas. La presidenta Salomé Zurabishvili desconoce el resultado del comicio y propuso este mismo lunes celebrar nuevas elecciones parlamentarias, después de acusar al oficialismo de haberse apoderado de las instituciones tras imponerse con más del 53 % de los votos en la cita con las urnas del pasado 26 de octubre.
Antes de su reelección, Papuashvili anunció que «el Parlamento fijará la fecha de las elecciones presidenciales» y expresó su convicción de que «es importante» que los comicios y la investidura «se celebren este año».
La primera sesión del Parlamento de Georgia de la 11ª convocatoria se inauguró en medio de protestas de la oposición, que se reunió ante la sede legislativa la víspera, instaló tiendas de campaña y muchos de ellos pasaron allí toda la noche, mientras en las inmediaciones del lugar se desplegaron agentes del orden público y cañones de agua, y las fuerzas de seguridad rodearon el edificio.
A protest rally is underway in front of the parliament building in parallel with the first session of the self-proclaimed parliament. Police and special forces have been mobilized. #Georgia 🇬🇪🇪🇺 pic.twitter.com/hRCNmzzKXh
— Mtavari TV (@MtavariChannel) November 25, 2024
En el propio Parlamento se declaró el nivel de seguridad amarillo, lo que significa que el acceso al edificio es el más restringido. Según la legislación, la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, tenía que inaugurar la sesión del Parlamento, pero ella rechazó hacerlo. En su cuenta de X escribió: «Lunes Negro en Georgia: Policías y Fuerzas Especiales custodian las puertas tras las cuales los «Esclavos de GD» están matando nuestra Constitución y burlándose de nuestro Parlamento». GD son las iniciales en inglés para Sueño Georgiano, el partido de Papuashvili.
Black Monday in Georgia: Police & spetsnats guarding the doors behind which « GD slaves » are killing our Constitution and making a mockery of our Parliament.https://t.co/Hwrw3b2U05
— Salome Zourabichvili (@Zourabichvili_S) November 25, 2024
Zourabishvili ocupó su cargo para seis años tras ganar las elecciones presidenciales de 2018. Según las enmiendas a la Constitución georgiana, el siguiente presidente se debería elegir en los comicios parlamentarios de octubre.
La Comisión Electoral Central (CEC) de Georgia publicó el 16 de noviembre el acta con los resultados aprobados de los comicios parlamentarios celebrados en octubre. Según el documento, los ganó el partido gobernante Sueño Georgiano, con el 53,93 % de los votos que le ortorgaron 89 mandatos en el Parlamento de 150 escaños.
Cuatro partidos opositores también obtuvieron representación en la asamblea, pero declararon que no reconocen los resultados anunciados por la CEC y se niegan a recibir los mandatos de diputado.
El presidente de la CEC, Giorgi Kalandarishvili, afirmó este lunes que las acusaciones de fraude electoral en las elecciones generales “deben ir acompañadas de pruebas y hechos pertinentes”, y agregó que las acusaciones significan una “acusación muy grave”.
Irakli Kobakhidze, el primer ministro georgiano, quien asumió el cargo el febrero pasado y forma parte también de Sueño Georgiano, había puesto en marcha una reestructuración del gabinete antes de la sesión inaugural del Parlamento. En una reunión informativa con el Gobierno, Kobakhidze informó que tres diputados del partido gobernante ocuparán cargos ministeriales. Maka Botchorishvili en el Ministerio de Asuntos Exteriores, David Songulashvili el de Medio Ambiente y Agricultura, y Anri Okhanashvili el de Justicia.
La situación se salió de cauce en mayo, cuando el Parlamento aprobó la llamada «Ley de agentes extranjeros» fuertemente cuestionada por la Unión Europea y Estados Unidos, que afirman se trata de una normativa digitada desde Moscú y que copia el texto de una ley rusa.
La iniciativa deSueño Georgiano especifica que las ONG y medios independientes que reciban más del 20% de su financiación de donantes foráneos deben registrarse como organizaciones «que defienden los intereses de una potencia extranjera». De un total de 150 parlamentarios, 84 votaron a favor, contra la voluntad de la presidenta Zurabishvili, claramente «euripeista», que se posicionó en contra con un veto rechazado una semana después por los legisladores.
ALG con Europa Press y Sputnik